Durante la última edición del Congreso Aapresid, uno de los tema de charla en los pasillos era la incertidumbre respecto de la compra de insumos para esta campaña. Las perspectivas climáticas y económicas estaban menos claras, el temor a la chicharrita se encontraba muy vigente y los granos se mostraban en baja.
La demora en la compra de insumos era un claro indicador de todas las dudas que tenían los productores, que esperaban además la baja del impuesto PAIS a las importaciones. El gobierno finalmente cumplió con su promesa, pero no impactó mucho en el mercado, según indicó a Bichos de Campo Mariano Cirio, el referente en este tema en la firma Lartirigoyen.
La tasa de ese impuesto se redujo de 17,5% a 7,5% y alcanzó a los insumos agrícolas. Para Cirio la medida no tuvo gran impacto porque el mercado, de alguna manera, “ya venía descontando el impacto de la medida”.
Justo ahora que bajó el impuesto PAIS empezó a aumentar el precio internacional de la urea
En tal sentido, consideró: “En la misma semana en que se anunció la medida, en China subió entre 5% y 10% el glifosato y eso generó sostén en el precio. También la urea subió afuera y como ahora estamos más alineados con el contexto mundial, cuando se dan esos cambios se reflejan enseguida en el mercado local”.
“Desde el Congreso de Aapresid a esta parte obviamente hubo más movimientos y compra de insumos, pero tiene que ver más que nada con los tiempos agronómicos. En aquel momento la expectativa de eso estaba puesta en qué pasaba el día después de la baja del impuesto país. Eso se dio y la realidad es que el mercado no respondió. Se esperaba una baja de los insumos que en muchos casos no ocurrió y eso tampoco ayudó a que haya el boom de compras que muchos esperaban”, señaló Cirio, quien reconoció que sí se redujo el valor de algunos fertilizantes como la urea.
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“El productor, y sobre todo el que alquila, busca conseguir el margen reduciendo costos. Con la foto actual, los cambios en las rotaciones y la chicharrita sobre todo más al norte del país, todos eso lleva a un menor gasto en insumos”, detalló el especialista a continuación.
En este sentido dio cuenta de que eso mismo se refleja en una encuesta de la Universidad Austral, en la que se mostró que el 76% de los productores bajan el área de maíz, al tiempo que aumentan la de la soja y otros cultivos.
“Esto implica una venta de insumos distintos”, sostuvo Cirio, al tiempo que también supone una menor venta de productos en general dado que la oleaginosa requiere menos recursos que el maíz.
El productor no tiene mucho margen para arriesgar luego de las pérdidas por el impacto del clima, la chicharrita y los bajos precios de los granos. El cambio de estrategia de siembra y la necesidad de “cuidar el mango” lleva a que se gaste menos en insumos y se apueste a un cultivo más seguro como la soja.
La cuestión es que, en cualquier caso, no queda mucho margen para esperar porque se deben terminar de definir los planes de siembra, lo que va de la mano de la compra de insumos.
“Guarda con salir todos juntos después a buscar los mismos productos porque seguramente se van a generar un cuello de botella. Eso nunca es gratis”, alertó Cirio.
“Por los tiempos y la cuestión logística hasta se podría generar una suba que sería coyuntural pero que impactaría en los precios, costos y márgenes de la campaña”, finalizó.