La provincia de Corrientes fue recientemente noticia por los incendios devastadores que provocaron pérdidas millonarias. Pero existe una actividad que, si bien no está en el tope la agenda pública, está atravesando problemas graves.
Estamos hablando del arroz, un cultivo que, además de generar un alimento básico para los argentinos y divisas, porque también se exporta, es un importante creador de empleos en el NEA.
“El resultado de la campaña fue malo por el faltante de agua generado por la seca, lo que redujo la cosecha y la calidad del arroz obtenido y, si a eso le sumamos los bajos precios del producto, estamos en una situación muy crítica, casi calamitosa”, resumió Pedro Tomasella, presidente de la Asociación de Plantadores de Arroz de Corrientes, en diálogo con Bichos de Campo.
El productor indicó que, si bien se esperaba inicialmente una recolección de entre 1,3 y 1,4 millón de toneladas a nivel provincial, apenas superaron el millón con el agravante de que gran parte de lo obtenido no reúne las condiciones de calidad necesarias para su comercialización. “La caída entre calidad y cantidad fue mayor al 40% respecto de lo que se esperaba”, indicó.
El otro problema es el precio. “El trigo en Corrientes nunca valió más que el arroz, pero hoy el trigo se paga 44.000 $/tonelada y el arroz 25.000 $/tonelada al productor. Entendemos que el bajo precio del arroz tiene en gran parte que ver con que hay menos demanda mundial, con las cuestiones cambiarias y que, con la calidad de la cosecha, no tiene las condiciones que piden los exportadores”.
¿Cómo están para encarar el próximo ciclo? Si bien la siembra arranca recién en septiembre, el cultivo requiere trabajos culturales previos como, por caso, la nivelación del suelo para retener el agua. Y para ello se necesita de combustible, que escasea y tiene un precio liberado de facto por el gobierno. “Gasoil casi no hay y cuando se consigue se paga 150 a 160 pesos el litro”, se quejó el empresario arrocero.
Ese no es el único problema energético de los arroceros, porque también está fallando el suministro de energía eléctrica. “El suministro es malo, no se puede arrancar el ciclo del arroz y que se corte la electricidad, se requiere de energía de forma constante”, explicó.
“Aquí en la provincia se hizo un trabajo muy importante de electrificación, pero ahora muchos estamos pensando en volver a usar gasoil para bombear agua de las napas, aunque el problema es que tampoco sabemos si se contará con ese combustible”, añadió.
Y, como si fuera poco, también complican los precios de los insumos. La urea bajó en las últimas semanas, pero aún vale el triple que hace un año. “Si antes el rinde de indiferencia era de 5500 kg/ha, hoy está en unos 8000 kg/ha. Hoy si uno mira los números fino, el arroz no es negocio”, sostuvo Tomasella.
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