El ministro de Modernización y Desregulación, Federico Sturzenegger, se suma a la lista de funcionarios de primera línea que visitaron la Exposición Rural de Palermo. Es parte del nuevo acercamiento entre la cúpula agropecuaria y el Gobierno, tras los chispazos que generó el reclamo por la baja de retenciones y la intervención del INTA, y el aire que aportó luego la reunión entre Milei y la Mesa de Enlace.
Con la participación de empresarios del agro y CEO de grandes firmas, la jornada “Modernizar con inteligencia estructural”, organizada por el Instituto de Estudios Económicos de SRA, reservó uno de sus paneles a una de las estrellas del Gobierno, la cara más visible de la motosierra y el recorte al gasto público.
Allí, Sturzenegger aprovechó el espacio para repasar -entre ejemplos y anécdotas de “gente de a pie”, muy fiel a su estilo-, lo que ha hecho su cartera en el último año. Con el “chip” electoral puesto, el ministro pidió al agro acompañar a La Libertad Avanza en las elecciones de octubre, evitó hablar de retenciones, y dio algunas señales de las medidas que podrían implementarse a futuro.
“La discusión con el campo se ha centrado en las retenciones, pero hay un montón de otras cosas por discutir”, fue una de las primeras frases que esbozó el funcionario al subir al escenario.
No sólo lo hizo para marcar la cancha y adelantar que en su breve ponencia no tocaría el tema, sino para sembrar expectativa por la visita del presidente a Palermo el próximo sábado, en la que ya hay ciertos rumores -no confirmados- de que podría haber algún anuncio importante.
Como en una exposición escolar, el ministro enumeró las múltiples desregulaciones y cambios que impulsó su cartera en el sector agropecuario. Con algunas ojeadas al papel que le sirvió de “ayuda memoria”, se refirió a la apertura de importaciones, el fin del cepo y la eliminación de trabas en varios sectores.
“Nosotros pensamos que todas las restricciones son malas. El proceso productivo tiene que ser lo más libre posible”, expresó.
En ese sentido, Sturzenegger mantuvo la misma línea que otros funcionarios y se enfocó, sobre todo, en asegurarle al campo que el Gobierno lo tiene como prioridad. Lo mismo hizo el secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, cuando habló junto a los ganaderos.
Donde más se detuvo el desregulador fue en la apertura comercial, lo que calificó como “el barro”. Además de la importación de fertilizantes y agroquímicios, Sturzenegger celebró la llegada de maquinaria usada, una medida muy resistida por la industria local y que, hasta el momento, se ha expresado enm escasas operaciones con cierta baja de precios. A futuro, el efecto que tendrá sobre este sector es aún incierto.
“La lucha más grande que tuvimos fue con los fabricantes de maquinaria, que no querían saber nada. Tuvimos reuniones en los que nos puteamos y pegamos portazos, pero avanzamos”, expresó, y celebró que la motosierra alcance a lo que él llama “una pequeña burbuja de protección” que no permite crecer en competitividad.
La lista de anuncios, si es que había una, fue en realidad escueta. Muy enfocado en los próximos comicios, Sturzenegger pidió “votar a La Libertad Avanza en las elecciones de octubre” para poder darle salida a muchos de los proyectos de su cartera dentro del Congreso.
“Si querés impuestos altos, lo votas a Kicillof y listo. Si querés motosierra, un Gobierno que baje impuestos y gestione el gasto público, nos votás a nosotros”, afirmó, sin tapujos.
En particular, adelantó que habrá cambios en la Ley de Tierras y en la de Manejo del Fuego, como modo de asegurar que se respete el derecho a la propiedad, y dedicó algunos minutos a hablar de patentes, ya que considera que, en la discusión por las famosas retenciones, esos debates se diluyen.
La Argentina integrará el Tratado de Cooperación en Materia de Patentes (PCT), en el que participan la mayoría de los países del mundo. Esa es, quizás, una de las mayores certezas que dejó el ministro en La Rural.
Es un anuncio que el sector científico y tecnológico espera hace muchos años, porque no al no legislarse sobre la propiedad intelectual, las empresas se ven obligadas a patentar fuera en otras naciones para asegurar retornos.
“Nos llenamos la boca hablando del Conicet y no les permitimos patentar en su país”, apuntó el ministro y dijo que, algunos años atrás, “Cavallo perdió el trabajo” por el “lobby de los laboratorios”.
Tras un rápido repaso por las medidas que anunciaron para el sector ganadero, como la habilitación para exportar ganado en pie y la eliminación del peso mínimo de faena, el ministro también se refirió a los cambios que han impulsado en el Senasa. Desde ya que lo hizo con sus famosas anécdotas del tamaño de la cabeza de ajo y el caso del productor de sandías.
“En frutas y hortalizas, el Senasa se metía de una manera abrumadora sobre el proceso productivo”, aseguró Sturzenegger, que, a la pasada y de forma desafortunada, deslizó que ni siquiera revisó la totalidad de las medidas de este organismo, ya que eran -en sus propias palabras- “kilos de hojas”. Su trabajo se limitó a definir con el titular, Pablo Cortese, qué es lo que había que mantener, y borrar de un plumazo el resto.