Seguimos de recorrida por Coronel Suárez, en el centro sur de Buenos Aires. En la parada anterior les mostramos una fábrica de cerveza que hace su propia malta a partir de cebada cosechada en la zona. Así cierra todo el círculo, aunque en realidad les falte el lúpulo, que solo se produce en la Patagonia. Por ahora les falta…
En la tercera parada en Coronel Suárez conocimos a Juan López y a su familia. El hombre vívía y trabajaba en Buenos Aires hasta que decidió, antes de la crisis de 2001, dejar la ciudad y refugiarse en el campo. Pudo comprar 16 hectáreas en este lugar, que se transformó en su lugar. Para vivir, primero pensó en dedicarse a la miel. Pero alguien le habló del arándano y hacia allá fue, implantando esa fruta fina sobre 5 hectáreas.
“Me dijeron que con el arándano me iba a volver rico”, bromea Juan. Pero era todo un desafío. El arándano en la Argentina se produce sobre todo en Concordia (en el norte de Entre Ríos) y en Tucumán. Son climas mucho más cálidos que los de Suárez.
Conocé la historia de Juan López, contada por él mismo:
“No tiene precio vivir en Coronel Suárez, Es una vida que tiene sus altibajos, pero a nosotros nos dan ganas de seguir”, dice Juan, que no se arrepintió nunca de su decisión de ir a vivir a una zona rural.
Pero el proyecto y la familia la pasaron realmente mal en 2007. López recuerda perfectamente de la fecha, el 15 de noviembre. Cayó una helada terrible sobre la plantación de arándanos. “Fue de 6 grados bajo cero. Nos quedó solo 20% de la producción y lo que quedó no era exportable. Por eso empezamos a buscar una salida y nos pusimos a fabricar mermeladas y jugos. Y ahora tenemos una empresa que se dedica a la fabricación de jugos”.
No es broma, es cierto. Juan y su familia ahora destinan toda su producción de arándanos a la elaboración de jugos que comercializan bajo la marca “Sendero Azul”. Y no contentos solo con eso, cada dos o tres meses se dedican a probar recetas e inventan otros jugos, con fruta fresca que compran a otros productores. Ahora tienen una linea de 20 sabores diferentes que venden hasta en Río Gallegos.
En los últimos meses López compró todo el material necesario para producir lúpulo sobre 2 hectáreas. Sería el único en hacerlo en esta zona del sur bonaerense. Lo vendería entre las fábricas de cerveza que aparecen en esta zona.
-Pero si ya comprobó lo difícil que era producir arándanos en Coronel Suárez, ¿por qué se mete ahora con el lúpulo?- le preguntamos a Juan.
-Porque me dijeron que me voy a volver rico con eso. Otra vez con el cuento- nos contesta. Y se ríe. Siempre se ríe.