En medio del revuelo que ha generado en los grupos ambientalistas y en parte de la población la resolución adoptada por el Consejo Agrario de Chubut y Santa Cruz, de habilitar la caza deportiva de guanacos, pumas y otras especies, el veterinario Eduardo De Lucca, titular del Proyecto Pumas de las Pampas, alertó en sus redes sociales que durante la temporada de otoño-invierno aumentan tanto los ataques al ganado a manos de este predador, como las muertes de ejemplares de este felino autóctono por la reacción de los productores.
Según el especialista, se trata de una situación que podría evitarse si los productores de la región adoptaran ciertas medidas para repeler al predador, en vez de matarlos.
¿Cómo se explican estas muertes? De Lucca afirma que las mismas ocurren porque en los meses más fríos del año existe un crecimiento de los incidentes de ataques al ganado por parte de pumas, lo que provoca la matanza del depredador a manos del ganadero.
Sin embargo, por las características de la especie, según los especialistas, se produce un “efecto bumerang” porque los felinos tienen una alta tasa de reposición, estimulada incluso por el despoblamiento rural.
Este es el mensaje del veterinario:
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“Si los campos estuviesen ocupados con ganado ovino, como estaban hace mas de 50 años, el puma no estaría. De hecho, el puma se había ido a las montañas. Pero la depreciación del valor de la lana, la desertificación y la actividad volcánica hicieron que la Patagonia se fuera abandonando y eso provocó que los depredadores volvieran al territorito y que los productores que quedan encuentren como solución matar pumas”, dijo a Bichos de Campo el veterinario Eduardo De Lucca, titular también del Proyecto Aves de Presa del Nordeste Patagónico.
“Los pumas son territoriales y tienden a ocupar espacios muy grandes, por lo que si matan pumas adultos que no están matando ganado, ese territorio es ocupado por animales subadultos que buscan territorito. Generalmente son ejemplares jóvenes que tienen mayor tendencia a cazar ganado, a diferencia de un animal adulto que prefiere las presas silvestres”, añadió el experto.
Sobre la base de estudios locales, el veterinario también dijo que “los pumas se vuelcan a matar más ganado debido a una disminución de la disponibilidad de presas, algo natural durante estos meses, al quedar los campos raleados después de la época de cosecha. En este escenario, al puma se le hace mucho más difícil cazar presas por falta de cubierta natural”, señaló.
En este sentido, los ambientalistas sugieren no optar por la caza sino mejorar las condiciones de los corrales, usar animales protectores como perros y burros, e instalar luces repelentes de depredadores, porque el trabajo con varios ganaderos han demostrado la eficiencia de estas herramientas.