La sequía generó un alto volumen de oferta ganadera en la primera parte del año y también produjo otros impactos que significarán una menor disponibilidad en el cierre del 2023.
En los meses próximos se irá cortando la oferta de vacas para la faena, ya que terminaron los tactos y con la salida del invierno habrá más interés por retener vientres. Por otra parte, la disponibilidad de novillos seguirá siendo baja porque no hubo pastos para recriar hacienda. Por otra parte, tampoco hubo encierres importantes en los feedlots caseros, porque no se logró producir el alimento necesario a causa de la seca.
Entonces la oferta provendrá básicamente de los engordes a corral profesionales, que este año encerraron mucha hacienda pero que ahora se les complica reponer por los altos costos de su materia prima, el ternero que venden los criadores, y del engorde. También por los mayores precios del maíz provocados por el Dólar Agro.
Los feedlots vuelven a operar a pérdida aunque cada vez tengan más hacienda en los corrales
Según el Senasa, los feedlots cuentan con 1,9 millones de animales, cuando llegaron a tener encerrados 2,05 millón de animales, lo que indica una caída de 7% en sus existencias y marca el inicio del proceso de vaciado que durará hasta fines de octubre.
Sin oferta importante de vacas y novillos por delante y con los engordes a corral vaciándose, se llegaría al cierre del año con una oferta ganadera reducida lo que impulsaría nuevamente los precios del ganado y de la carne.
En este entorno, el cierre de año encontrará al mercado ganadero “pum para arriba”. Así lo marcó en el informe semanal del Rosgan la analista María Julia Aiassa: “Sin oferta adicional proveniente de los corrales como hemos visto en los meses previos, y con una intención ya muy firme de retención por parte del criador, ingresaremos indefectiblemente en una fase de retracción de la oferta ganadera”, apuntó.
La firmeza también será las características del mercado de los terneros y reproductores, es decir, la invernada y cría. “Los valores de reposición tanto de la invernada como de la cría tenderán a afirmarse cada vez más” indicó Aiassa.
Esa intención de retención se verá impulsada por la mayor disponibilidad de forraje y la necesidad de refugiar el capital en hacienda y no tenerlo en pesos, cuyo riesgo de desvalorización es cada vez mayor. “Dependiendo de cuán pronunciada sea la caída en la oferta, podríamos esperar antes de fin de año nuevas subas en el precio de la hacienda”, añadió la experta.
Y ya se sabe: como sucedió en las últimas dos semanas, tarde o tempranos esos aumentos llegan a los mostradores de carnicerías y supermercados.