Por más cepo que le pongan, la triste evidencia marca que un argentino que cobra el salario mínimo vital y móvil (SMVM) pudo este 2021 comprar solo 38 kilos de asado por mes con ese ingreso, es decir 14 kilos menos de los que podía adquirir el año pasado. En 2020, ese mismo salario alcanzaba para comprar 52 kilos de las cotizadas costillas en una carnicería. Ahora rinde un 27% menos. En apenas un año.
¿Subió la carne o bajó el ingreso?
La comparación entre el SMVM, que a partir del 1° de octubre fue fijado en 32 mil pesos (menos de la mitad de los 72.365 pesos necesarios para que una familia cubra la canasta básica y no caiga en la pobreza), y el precio promedio del kilo de asado al consumidor (determinado cada mes por el IPCVA) demuestra con toda claridad es que la carne está mucho más cara para los argentinos que en los años anteriores. Está cara, eso sí, en la comparación con los ingresos de la mayoría. No en la comparación con otros alimentos.
Hace diez años, en 2011, con un SMVM se podían comprar 64 kilos de asado. Y la mejor marca llegó dos años después, en 2013, cuando esta equivalencia era de 74 kilos de asado con cada salario. Una fiesta. Ya la tendremos a ella cacareando que los días más gloriosos fueron y serán los de ella misma.
La evidencia de este gráfico es que la carne comenzó a encarecerse (o mejor dicho, los argentinos comenzamos a empobrecernos fuertemente) a partir de 2019. Hasta ese momento se podían comprar con un salario mínimo razonables 63 kilos de asado, pero al año siguiente (2020) ya eran 52 kilos y en lo que va de 2021 (de enero a noviembre) ese indicador se ubica en solo 38 kilos de asado promedio.
Como se advierte en la serie -que desagrega los meses de este año- el cepo a las exportaciones de carne vacuna apenas colaboró a mejorar la situación de acceso al asado de los asalariados. El mejor registro se da en octubre pasado (la relación llegó a 47 kilos en medio del denominado “plan platita”). Pero lejos está de resolver la veda exportadora la cuestión de fondo, que es la pérdida de poder adquisitivo de los ingresos de la gente más sencilla. En noviembre, ni bien los precios de la carne volvieron a subir cerca del 10%, la relación volvió a caer en un pozo y se ubicó en solo 41 kilos de asado.
¿Subió la carne o bajó el salario?
Este segundo cuadro intenta responder si es tan cierto que la carne vacuna está “cara”, como dicen los políticos para echar las culpas sobre los productores y de paso sacárselas de encima. Aquí se toman los precios promedio del asado cada fin de año y el valor del dólar de ese mismo mes, para calcular cuántos dólares valía el kilo de asado a fin de cada año. La conclusión visible es que -a valores oficiales- el corte preferido de los argentinos osciló entre los 6 y los 8 dólares.
Hay una excepción en los dos años últimos años del gobierno de Mauricio Macri, cuando el precio del kilo de asado se ubica por debajo de los 5 dólares. Coincide esta situación con el inicio de la crisis financiera y económica que todavía hoy mantiene en vilo a la Argentina. Y con un periodo de fuerte crecimiento de las exportaciones de carne vacuna.
Bueno, acá estoy preparando el asado de los viernes en el trabajo… pic.twitter.com/jbOOsrUlyd
— juru_guasu ⚒️⚒️ (@juru_guasu) September 24, 2021
En esta serie, recién comienza a notarse una recuperación del precio del asado en dólares hacia fines de 2020. Y para noviembre de 2021, luego de subir muy fuerte en pesos, el kilo de asado volvía a ubicarse en sus promedios históricos en dólares. Claro que los ingresos de la gente en esa misma moneda jamás se recuperaron. De allí que un SMVM alcance para comprar algo más de la mitad de los kilos de asado que hace unos pocos años.