Que los precios de la lana se han depreciado con el paso del tiempo no es novedad. Además de la fuerte competencia de las fibras sintéticas, los mercados internacionales se han vuelto cada vez más exigentes en materia de calidad de las fibras, por lo que los productores locales vienen analizando nuevas formas de agregarle valor a aquello que obtienen esquila tras esquila.
Una de las alternativas que mejor se perfila es aquella vinculada a la producción regenerativa y al bienestar animal, ya que aplicando ciertos estándares internacionales se puede obtener una mejor cotización por la lana producida. Es al menos lo que dicen algunas organizaciones vinculadas con estos modos productivos.
“Los productores de lana en la Patagonia Argentina están logrando grandes recompensas financieras por su compromiso con la sostenibilidad y el bienestar animal. Gracias a estar certificada como regenerativa y RWS (Responsible Wool Standard), estos productores han logrado vender su lana a precios muy por encima del mercado convencional”, señalaron desde Ovis 21, organización que desde hace décadas trabaja para combatir la desertificación patagónica.
En lo que hace al origen regenerativo de estos lotes, indicaron que estos son verificados con el Estándar GRASS, “que mide las mejoras (o no) en procesos ecosistémicos, salud del suelo y biodiversidad”, y que se suma al mencionado RWV o Estándar de Lana Responsable, por sus siglas en inglés.
Todo esto, sumado a la calidad de la lana patagónica, los posiciona a estos productores mejor frente a mercados cada vez más conscientes del impacto que la producción tiene en el ambiente.
“En el caso de las lanas especiales bien preparadas de este origen alcanzaron valores al nivel de las mejores ventas australianas. El precio promedio recibido por los productores fue de 14 dólares por kilo limpio para lanas certificadas Ultimate Merino, que incluye el sello Ovis Regenerativo, en calidades de 17,5 micras. Esto representa más de un 30% por encima de los mejores precios de lana en el mercado local”, celebraron desde Ovis 21.
“Incluso productores que vendieron una mezcla de Merino Supra y Merino Choice de 21 micras gris y negro, a marcas de hilados a nivel global, lograron valores un 25% superiores al mercado tradicional de lanas merino de buena calidad”, añadieron.
Desde la organización destacaron que Argentina tiene importantes ventajas que aprovechar, de cara a la producción de lanas sostenibles y de calidad, como la amplia experiencia lograda en manejo regenerativo; la existencia de programas de servicios ambientales, como el Programa de carbono POA dirigido por Ruuts y Ovis 21, en el que se busca regenerar 3 millones de hectáreas; y el desarrollo del polo lanero de Trelew, que cuenta con las certificaciones necesarias para atender mercados exigentes y vender tops con menor impacto ambiental a los principales hilanderos del mundo.
“Con estos sólidos cimientos, Argentina tiene una oportunidad única de transformar por completo su cadena de producción lanera hacia un modelo más sostenible y regenerativo, que le permita mantener su liderazgo en el mercado internacional de lanas de alta calidad”, concluyeron.