El sector agropecuario, es sabido, consume 1 de cada 3 litros de gasoil que se vende en el país. Habían dicho que el combustible ya no iba a subir más este año, pero eso no sucedió y las petroleras están concretando un nuevo aumento del 6%. Eran previsibles las muestras de bronca, porque en momentos en que la palabra de moda es “competitividad”, los costos a los productores se les elevan en más de 2.000 millones de pesos.
Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), según consigna La Nación, calculó que este incremento adicional en el valor del combustible va a representar un gasto adicional de 2.100 millones de pesos, aunque solo considerando la producción de granos y sin incluir economías regionales. “Desde diciembre de 2016 tenemos casi $ 13.000 millones extra sobre la campaña agrícola en el sector”, señaló Matías Lestani, integrante del Departamento Económico de CRA.
El precio del gasoil se elevó 21% desde junio, que es cuando los productores de granos gruesos planifican las labores. Pasó de 16,1 pesos a 19,94 pesos por litro.
Silvina Campos Carlés, asesora económica de Coninagro, analizó el impacto desde el inicio de la campaña en 1.448 millones de pesos u 84 millones de dólares, pero solo tranqueras adentro. De acuerdo a esta visión, si se suma en la cuenta al transporte de granos el impacto asciende a 1.571 millones de pesos adicionales. Y así las cosas, “los productores de Argentina necesitarán por esta suba 3.018 millones de pesos más para cubrir los costos tranqueras adentro y su transporte”.
En un comunicado de prensa, la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Acovi) analizó el impacto de la suba del gasoil en la economía vitivinícola. “Un aumento del combustible del 17% acumulado como el ocurrido en menos de dos meses repercute directamente en los costos totales de producción, incrementando estos en más de un 3,5%, pasando el costo por hectárea de $ 80.721 a $ 83.586 (sin amortizaciones)”, calculó.
Daniel Pelegrina, flamante titular de la Rural, también dijo que este golpe al bolsillo del productor se siente mucho. “Como el sector agropecuario utiliza la tercera parte del consumo total de gasoil del país cualquier aumento de precio en este insumo impacta en su competitividad”, explicó.
Pero a diferencia de otros que culpan a las petroleras, el dirigente cargó las tintas sobre el Estado y los impuestos que se esconden detrás del precio del surtidor. “Actualmente el 40% del precio final de este insumo son impuestos que están ad-valorizados, por lo tanto los tributos varían al mismo nivel que el producto”, contó Pelegrina. Y agregó: “Un primer paso para ganar en competitividad de precio va en línea con la propuesta para los impuestos a los combustibles planteada por el Poder Ejecutivo Nacional, que prevé cambiar las alícuotas ad-valorizadas por montos fijos por litro”.