El año pasado los precios de la hacienda de cría tuvieron una suba significativa. El inicio de la última zafra coincidió con el arranque de la pandemia, lo que acrecentó la incertidumbre respecto de la evolución de la economía y eso derivo inversiones hacia el sector.
Los terneros de 180/190 kilos se están negociando en el arranque de la nueva zafra entre 190 y 210 pesos lo que significa una mejora interanual de 95/100%. En tanto las vaquillonas preñadas se venden en 80.000 y 85.000 pesos, lo que también implica una mejora cercana al 100%.
Esas subas superan a las que tuvieron los insumos de la actividad ganadera, de acuerdo con la medición que hicieron los técnicos del ministerio de Agricultura. Según ese documento entre diciembre de 2021 y el mismo mes de 2020, el fosfato diamónico aumentó 86%, el gasoil 60% y el alambre 85%.
Ese diferencial positivo entre costos e ingresos mejoró la rentabilidad. El margen bruto por hectárea y por año en la Cuenca del Salado se estimó en 11.600 pesos, lo que indica un aumento de 94%. Un campo de 500 hectáreas dejaría un renta bruta de 5,5 millones de pesos, lo que significa 450 mil pesos al mes a los que todavía hay que restar los gastos de estructura y las amortizaciones.
En el último año se dio una clara recomposición de las cuentas de la cría, aunque no es para tirar manteca al techo. A esa mejora de la rentabilidad hay que restarle la inflación, por lo que en términos reales el incremento de la utilidad bruta fue de 35%.
En la ecuación hay que considerar la mejora que también tuvo el buen precio de la vaca que fue a faena el año pasado gracias a la buena demanda de China. Esta categoría -según los datos publicados por el Mercado de Liniers- en enero de este año promedió 115 pesos por kilo vivo contra los 61 pesos del año pasado. La suba fue de 88%.
También les fue bien a otros eslabones de la cadena productiva, con excepción del engorde a corral que viene acumulando pérdidas por su lata dependencia con los granos, que son un insumo dolarizado.
Según la medición del Ministerio de Agricultura, la ganadería de ciclo completo (se mide a un campo del centro sur de Córdoba) tuvo un margen bruto 11.000 pesos por hectárea y por año. En tanto, la invernada a campo logró un resultado positivo de 16.300 pesos, con una mejora de 10% en términos nominales. Significa una merma en la renta si se le carga la inflación de 36%.
En el caso del engorde a corral el margen bruto fue calculado negativo, en 6.800 pesos por animal, lo que se eleva a 8.700 pesos de pérdida cuando se le cargan los gastos de estructura y las amortizaciones. Las pérdidas tienen que ver con el desfasaje que entre los precios que aumentaron 75% interanual aunque la suba se concentró en el último tramo del año, por lo que gran parte de lo que salió de los corrales no se benefició con esos incrementos. Al mismo tiempo, los insumos básicos como el ternero de invernada y los granos subieron mes a mes y siguen con esa tendencia en el inicio de 2021.