Carlos Achetoni, el titular de Federación Agraria, consideró que se “requiere de un fondo de emergencia agropecuaria que asista a la situación, problemática a veces y en otros casos dramática, que sufren algunos productores por seca, incendios y otros por inundaciones. Incluso en zonas como Cuyo o la Patagonia, donde se vieron afectadas por granizadas o heladas”.
Recientemente el ministro Julián Domínguez dijo que iba a solicitar un incremento de esa partida de dinero prevista por ley, porque ese Fondo Nacional de Emergencia está estancado desde 2009 en 500 millones de pesos, lo que que significan tan solo 2,5 millones de dólares. Es casi la nada misma para un país tan extenso, con tantas alternativas y realidad productivas, especialmente para un año como este en el que el clima pegó por todos lados.
“Sin dudas llevar ese fondo a 12.500 millones de pesos mejoraría la asistencia a los productores pero sería igual insuficiente. Está claro que hay que avanzar hacia un seguro multirriesgo, porque cuando hay pérdidas por el mal clima no hay forma de ponerle número a las pérdidas. Hay que contar con un seguro integral que cubra los principales flagelos climáticos de la producción”, afirmó Achetoni.
El dirigente agregó: “A los productores se les cuenta la renta y se les saca todo lo que se puede, pero ante una situación de quebranto se lo deja solo. A muchos ese quebranto les implica salir del circuito productivo”.
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Achetoni agregó que esas pérdidas, además de por las contingencias del clima, se producen también por las políticas distorsivas, entre las que se cuentan la aplicación de impuestos a las exportaciones (retenciones), por las ventas al extranjero que se liquidan en pesos a un tipo de cambio oficial retrasado y por una inflación que no da tregua en materia de costos.
Luego, el titular de FAA se refirió a la cuestión ganadera. El año pasado el gobierno decidió intervenir el mercado ganadero y la primera medida que tomó este año fue la de definir el nuevo cepo exportador. Pero al mismo tiempo de tomar medidas que evidentemente desestimulan la producción, se anunció el plan Ganar, la nueva versión de plan ganadero, que dispondrá de financiación por 100.000 millones de pesos. Una especie de contrasentido: se busca estimular supuestamente una producción a la que se le restringen las vías comerciales, restándole ingresos a la cadena.
“El financiamiento siempre es necesario y más con tasa diferenciada, pero nadie quiere tomar deuda por un producto con inserciones comerciales reguladas y desconectada de los precios posibles, como pasó con la vaca el año pasado”, manifestó Achetoni.
Y añadió: “No hay estímulos para producir, ese es el gran problema que tenemos, día a día que hablamos con la gente del ministerio y tratamos de arrimar ideas para que se destrabe esa situación”,.
El ruralista agregó: “No queremos que el mercado interno se quede sin abastecimiento o con precios inalcanzables, pero hay que generar la sinergia necesaria para que la producción se vea estimulada y para eso se requiere de inserción internacional y abastecimiento interno necesario”.