El gran salto del dólar en las últimas semanas le cambia la ecuación a aquellas economías que exportan y cobran en moneda estadounidense. Como la Argentina es la primera exportadora de peras del Hemisferio Sur y la quinta de manzanas a nivel mundial, las mieles de esta devaluación deberían reactivar el Alto Valle de Río Negro, una zona productiva donde la crisis es recurrente en los últimos años. Pero parece difícil.
Bichos de Campo consultó al productor Sebastián Hernández, actual presidente de la Federación de Productores de Fruta de Río Negro y Neuquén. Desde allí se exportan unas 460.000 toneladas de peras y 280.000 toneladas de manzanas.
“Primero que la devaluación empezó a mitad de año, cuando la cosecha ya estaba levantada”, aclaró de entrada Hernández. Y siguió: “El 60 % se había exportado y fue el 40 % restante que agarró el dólar alto, pero con la fruta ya en manos de las grandes empresas exportadoras. Los productores no hemos visto derrame”, avisó Sebastián.
Con la temporada casi cerrada, el dirigente contó que “nos pagaron en promedio 3,5 pesos el kilo de pera y 4,5 pesos la manzana, cuando los costos estaban en 6,5 pesos a principio de año (entonces era equivalente a 34 centavos de dólar, pues el dólar estaba a 19)”.
“Hoy, con el movimiento de la devaluación y el impacto en energía, combustible y agroquímicos, se levantará el costo claramente. Claro que no al mismo nivel del dólar, porque el 65% de los costos (de esta actividad frutícola) lo representa la mano de obra y no a aumentará en la misma relación. Así que por más que mejore algo el precio seguiremos teniendo las mismas dificultades”, detalló Hernández.
Aquí la nota completa con Bichos de Campo:
“Además la presión fiscal es muy grande, uno lo sufre. El 65% es mano de obra y los aportes son elevados. Estamos llegando a una situación de quebranto total”, se quejó Hernández.
“Lo que estamos pidiendo hoy es que prorroguen unos créditos de poda que se están venciendo y que nos atiendan porque se va a caer además el tema sanitario, lo que empeorará algunas situaciones y certificaciones sanitarias”, explicó. En los valles rionegrinos, tras el invierno, viene la época crítica para las labores culturales en los fincas. Buena parte de la cosecha del próximo verano dependerá de ello.
El presidente de la Federación, por último, brindó su visión acerca de por dónde pasaría la solución definitiva a la crisis recurrente de la actividad. “El Estado debe intevenir, esto no funciona con la oferta y demanda, el libre mercado nunca funcionó a favor del productor. Hay 4 o 5 empresas que deciden qué pagar y al productor siempre le llegan números bajos”, dijo.