Quizás algún día los amantes de los productos “agroecológicos” puedan beber una cerveza con esas características si prospera un convenio entre el INTA y la filial argentina de la compañía global Anheuser-Busch InBev.
El INTA y Cervecería y Maltería Quilmes firmaron un convenio para realizar una serie de experiencias orientadas a producir cebadas agroecológicas que no dependan de insumos externos.
En ese marco, por un lado, se buscará rediseñar el campo experimental que tiene Quilmes en Tres Arroyos (Buenos Aires) y, por el otro, impulsar la agricultura sin insumos de síntesis química a partir de la adquisición, por parte de la empresa, de cebada agroecológica producida por nueve productores de Cambio Rural.
“A partir de las primeras reuniones que tuvimos con Cervecería y Maltería Quilmes, nos planteamos comenzar a trabajar colaborativamente para impulsar la agricultura regenerativa, acompañarlos en el proceso de adaptación del Campo Experimental de Cebada de la compañía y brindarles asistencia técnica y profesional para adaptar las variedades existentes de cebada a los sistemas productivos agroecológicos”, explicó Martín Zamora, coordinador nacional de Agroecología del INTA. “Los primeros cultivos se comenzaron el año pasado y recién este año comenzaron las primeras pruebas con cebada”, añadió.
Una parte de la investigación se realizará en la Chacra Experimental Integrada Barrow, que lleva adelante estudios vinculados a la producción agroecológica en sistemas de gran escala desde hace nueve años. La Chacra pertenece al Ministerio de Desarrollo Agrario de la Provincia de Buenos Aires y cuenta con un convenio con el INTA.
El objetivo propuesto por el INTA es el de “realizar el acompañamiento de los productores en transición agroecológica que formen parte del programa de agricultura regenerativa de la Cervecería y Maltería Quilmes y evaluar la evolución de los sistemas productivos en base a diferentes indicadores, que puede ser el balance de nutrientes, el análisis de la calidad del suelo, el aumento de la biodiversidad vegetal, entre otros”, explicó Zamora.
En tanto, el gerente de Investigación y Desarrollo de Cervecería y Maltería Quilmes, Antonio Aguinaga, expresó que decidieron trabajar con el INTA “por su amplia experiencia en esta línea de trabajo” y no dudó en asegurar que “en Barrow hay profesionales excelentes y estamos muy contentos con lo que se hace diariamente”.
Para eso se propuso la realización de corredores biológicos, sembrando algunas especies que produzcan flores y puedan atraer a polinizadores y controladores biológicos. “La cerveza nace en el campo. Somos una agroindustria donde la cebada es fundamental para nuestro negocio. Por esto, el compromiso con la agricultura sustentable es central en nuestra plataforma de sustentabilidad”, señaló Aguinaga.