El refuerzo del “cepo” cambiario implementado esta semana por las autoridades del Banco Central (BCRA), realizado a costa de impedir que importadores puedan acceder a divisas al tipo de cambio oficial, provocó un ensanchamiento de la brecha cambiaria.
Mientras que el dólar oficial –intervenido por el gobierno y que se emplea para liquidar exportaciones– se ubicó hoy en 129,7 $/u$s, el negociado en el mercado bursátil argentino (MEP) cerró en 243,8 $/u$s y el Contado con Liquidación (empleado por importadores para tomar divisas en el exterior y poder concretar operaciones) terminó en 249,7 $/u$s.
En ese marco, la plaza disponible de soja se “secó” de operaciones porque la mayor parte de los productores, ante la incertidumbre cambiaria, procede a buscar liquidez con otros granos o con financiamiento cambiario para preservar al poroto como reserva de valor y no descapitalizarse.
La plataforma Sio Granos muestra que en la última semana las ventas de soja con destino a fábrica, en plena “temporada alta” comercial de la soja argentina, no pudieron superar las 50.000 toneladas diarias. Las operaciones de soja condición cámara también están “planchadísimas”.
La caída de los valores internacionales de la soja registrada en la última semana –producto de turbulencias financieras y geopolíticas– también contribuyó a moderar las intenciones de ventas de soja en la plaza disponible.
La industria aceitera, según el último dato oficial disponible, contaba al 15 de junio pasado con 16,27 millones de toneladas de soja 2021/22 ya compradas contra embarques declarados de harina de soja para la presenta campaña por 9,64 millones. Es decir: se encuentra en una situación comercial holgada.
De todas maneras, con un paro transportista que no tiene señales de solucionarse en lo inmediato, el hecho de que las decisiones de venta de soja se hayan desacelerado representa una clara “luz amarilla” para las fábricas aceiteras, dado que pueden comenzar a perder margen de maniobra logístico.