Hace algunos años, al agrónomo e investigador del INTA La Consulta, en el Valle de Uco de Mendoza, Eduardo Trentacoste, le tocó la tarea de especializarse en la figurita más difícil y menos conocida de los frutos secos: el preciado pistacho, calificado por muchos como “el oro verde” de Cuyo, que en los últimos años creció en demanda.
“El pistacho tiene una particularidad a nivel mundial que es que su consumo creció en forma bastante exponencial, en comparación con otros frutos secos. Como la producción estaba estable y el consumo subió, el precio aumentó. Ahí empezó a surgir la demanda por el cultivo, y palabras como ‘oro verde’ atraen la mirada de los productores”, señaló Trentacoste durante una visita de Bichos de Campo a la estación experimental ubicada en Mendoza.
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Atento a ese escenario, y teniendo en cuenta que la producción de este fruto seco siempre estuvo limitada en superficie, circunscripto especialmente a la provincia de San Juan, donde surgió localmente, el agrónomo comenzó a trabajar en el armado de un mapa que permita encontrar nuevas regiones con condiciones aptas para cultivarlo.
“La primera pregunta que surge es cómo hacer para saber cuáles son las zonas de adaptación de este cultivo en el país. Así que hace dos años empezamos a trabajar para generar un mapa de aptitud”, contó el investigador.
Si bien en una primera instancia intentaron aplicar un desarrollo previo hecho en California, aquella no resultó ser una opción viable e iniciaron un camino más largo.
“Tras ese primer obstáculo, lo que tuvimos que hacer es estudiar de cero cuáles son los requerimientos del pistacho en Argentina. Ese fue, quizás, el trabajo donde hay más innovación, porque tuvimos que determinar los indicadores propios para el pistachero”, contó.
Y sentenció que “hoy la limitante es el recurso hídrico” a la hora de buscar nuevas zonas de producción.
Entre las principales necesidades del pistacho se encuentran temperaturas frías en invierno, que se den en forma gradual y no abrupta. Lo mismo para el inicio de la primavera. También es clave contar con altas temperaturas en verano, que son las que permiten la apertura de los pistachos en el árbol. De no abrirse, aquel fruto debe ser comercializado como pasta en la industria.
En cuanto al agua, si bien es tolerante a la sequía, el cultivo requiere de 500 a 700 milímetros por año, lo que implica sumar sistemas de riego en zonas áridas.
“Terminamos un primer mapa donde incluimos a las provincias del oeste, que son donde había mayor interés por el cultivo. Básicamente, donde es más apto es en el sur de San Juan, el noreste de Mendoza y el noroeste de La Pampa. Esas serían las zonas donde se encuentra menos condiciones y tiene mayor aptitud para obtener alta productividad”, indico el agrónomo.
Pero eso no termina allí, ya que ahora se encuentran trabajando para sumar a otras provincias.
“A raíz de que luego de la primera etapa aparecieron las consultas de Córdoba y Santa Fe, ahora estamos en una segunda etapa trabajando para ampliarnos, incluso también al sudeste de Buenos Aires. Evaluamos esa aptitud y estamos agregando otras capas de estudio que son las precipitaciones durante el periodo de cosecha, que también complica en general la sanidad del pistacho, así como las heladas en primavera”, detalló.
-¿Cuánto tiempo se debe esperar para que el cultivo reditúe?- le preguntamos.
-Esa pregunta es quizás la que pone más en valor la zonificación, porque tarda mucho en producir. La primera producción cosechable se produce al séptimo año. O sea que durante siete años uno ve algunos frutos pero es difícil saber si realmente se eligió la zona adecuada. Así que tener una herramienta, que a priori nos baja el riesgo de cometer errores, realmente es importante, porque es un cultivo muy lento. Más o menos se estima que necesita 15 años para recuperar la inversión.
-¿Cómo te imaginas el desarrollo del cultivo en la Argentina? ¿Es posible finalmente producirlo a mayor escala?
-Este tipo de cultivos siempre tienen un límite de crecimiento, porque los consumos son limitados, entonces tiende a regularse la plantación con la economía del producto. Hoy ha crecido mucho en superficie. Todo esto va a entrar en producción y va a terminar estabilizándose, no solo la producción sino también las nuevas plantaciones, pero todavía estamos lejos de esa línea.