En el país, la tarea de la vacunación contra la fiebre aftosa recae sobre un entramado de fundaciones sanitarias dispersas a lo largo del país, que aseguran la provisión de los insumos y permiten que la inoculación alcance a todo el rodeo. Aunque así lo establece la Ley 24.305, vigente desde el año 94, su rol ha empezado a ser discutido a causa de los costos y la burocracia que implican. En su defensa, esas asociaciones -formadas por los propios productores- recuerdan que gracias a ellas se erradicó el virus del país.
La Fundación Funsacha es una de las tantas entidades que surgieron para combatir el virus que afecta el ganado vacuno. Su nombre se lo da su ámbito de aplicación, porque opera en el departamento Chalileo, en el oeste de La Pampa, asegurando la provisión de dosis y gestionando beneficios para los productores.
Su historia llegó a Bichos de Campo porque sus integrantes fueron reconocidos al cierre de la jornada que organizó la Asociación Argentina de Angus el pasado jueves en esa provincia. La excusa fue el remate anual de toros Angus Pedigree y Puro Controlado (PC) que impulsa la fundación como parte de su servicio al sector.
Sus miembros son de Santa Isabel, ciudad cabecera de Chalileo, y en los 22 años de vigencia de la fundación recuerdan haber luchado mucho contra la enfermedad de la que hoy, afortunadamente, no tenemos noticias. “Somos nativos de la zona y productores, así que conocemos mucho del tema”, señaló en diálogo con este medio Eduardo Álvarez, vicepresidente y miembro fundador de la entidad.
Funsacha es un engranaje más en una red que contempla más de 20 fundaciones sólo en La Pampa, y muchas otras en el país. Actualmente presidida por Juan Corvalán, en la entidad son unos 12 pequeños productores ganaderos que no tienen más de 100 cabezas cada uno y se dedican a la cría de terneros. En el caso de Eduardo, le toca trabajar su rodeo prácticamente solo, porque sus hijos se han abocado a otras profesiones y sumar mano de obra es costoso.
La fundación está en plena actividad, porque el pasado 10 de marzo, en línea con lo dispuesto por Senasa, se inició la etapa de vacunación que recién finalizará en mayo. Como se acostumbra hace más de dos décadas, su implementación está a cargo de los organismos regionales, y por eso tienen el termómetro de cómo avanza la inoculación de los rodeos: “Se está vacunando bien y los productores nos apoyan mucho”, aseguró Álvarez.
A pesar de que se había hablado de introducir cambios en el esquema, por el momento sigue siendo obligatorio vacunar dos veces al año a todas las categorías bovinas y bubalinas contra la aftosa y a las terneras de 3 a 8 meses contra la brucelosis bovina. En ese sentido, el vicepresidente de Funsacha celebró que “el productor haya tomado conciencia del beneficio que implica tener un rodeo sano”, pero aún así señala que están “expectantes” a que no baje el ritmo de vacunación.
La ganadería del oeste pampeano, una zona árida por excelencia, generalmente es muy sensible a las temporadas de sequía, como la que atravesaron los últimos meses. Sin embargo, las lluvias registradas semanas atrás dan cuenta de que el panorama de esta temporada es más alentador y Álvarez celebró la recuperación de la actividad, potenciada por los buenos precios y la disponibilidad de pasturas. “Es fundamental, porque no sabemos hacer otra cosa”, expresó.
Por eso es que su rol como fundación ha ido siempre más allá de la provisión de vacunas, porque entienden las dificultades que implica trabajar en su zona. “Somos el puente para que los productores puedan obtener algún beneficio”, destacó el referente, que tiene muchos casos por citar, desde las primeras mangas instaladas para vacunar, hasta los créditos que gestionaron la banca pública de La Pampa.
“Hoy nuestra zona no tiene dificultades para llevar adelante la vacunación”, concluyó Eduardo, que considera que el trabajo de la fundación habla por sí solo, y defiende lo que hacen desde hace más de 20 años.