Hoy martes grandes administradores de fondos de inversión liquidaron en masa posiciones en contratos futuros de materias primas (commodities) para provocar un derrumbe de los valores de granos, metales y activos energéticos.
La única excepción fue el oro, que suele emplearse como refugio de valor en contextos de inestabilidad cambiaria, aunque el hecho de que el valor de los bonos del Tesoro de EE.UU. esté registrando alzas implica que muchos operadores están proyectando el ingreso a un período de revalorización del dólar estadounidense frente a otras monedas de uso global.
Vale remarcar que los factores intrínsecos del mercado de commodities en general y granos en particular no alcanzan a explicar las fuertes caídas en los valores, dado que las mismas obedecen a decisiones de administradores de grandes portofolios de inversión que buscan anticiparse a eventos futuros, ya sea para obtener una utilidad o bien proteger el capital de un suceso adverso.
El factor geopolítico sigue representando una amenaza latente que no puede ser despreciada. El viceprimer ministro de Japón, Taro Aso, dijo anoche que su país “tendría que defender a Taiwán” junto con EE.UU. si la isla es invadida por las fuerzas armas chinas.
Si Taiwán experimentara un gran problema, “no sería exagerado decir que eso podría relacionarse con una situación que amenace nuestra supervivencia”, dijo Aso, quien también se desempeña como ministro de Finanzas, según indicó la agencia de noticias japonesa Kyodo News.
La posibilidad de que China invada Taiwán para intentar anexar la isla es una de las hipótesis que explican el inédito ritmo desenfrenado de importaciones de productos agroindustriales que viene instrumentando China desde mediados del año pasado.
Un conflicto de tales características generaría una disrupción comercial enorme a nivel global, dado que la nación asiática es actualmente el principal comprador de commodities del mundo. En ese contexto, se especula que el gobierno chino se está aprovisionando con grandes reservas de alimentos para poder hacer frente a ese escenario.
Además de las importaciones siderales de productos agroindustriales, el gobierno chino el año pasado aplicó un programa nacional de racionamiento de alimentos –denominado “Platos Limpios”– que parece no tener lógica alguna, a menos que los líderes del Partido Comunista Chino se estén preparando para una guerra.