El Gobierno renovó el acuerdo de precios con grandes frigoríficos y cadenas de supermercados para la venta a precios subsidiados de los siete cortes vacunos que no se podrán exportar hasta diciembre de 2023. El programa oficial se llama “Cortes Cuidados”, pero en realidad debería llamarse de otro modo. Quizás algo así funcione: “El gobierno kirchnerista sigue acordando con los grandes sectores concentrados, que así avanzan sobre el mercado de los pequeños comercios”.
Bichos de Campo ya había dado a conocer hace algunos días esa lista de precios forzados: el valor por kilo de corte es de 699 pesos para la tira de asado; de 749 para el vacío; de 779 para el matambre; de 449 para la falda; de 639 para la tapa de asado; de 799 para la nalga; y de 649 pesos para la paleta. Implican un aumento importante (sinceramiento) respecto de los precios que el secretario de Comercio Interior, Roberto Felleti, pactó con los mismos actores para las fiestas de Navidad y Año Nuevo. Pero aún así siguen estando bastante por debajo de los valores reales de la carne vacuna.
Oficialmente se informó esta mañana que los listados de precios cuidados para estos siete cortes (que son justamente los que el gobierno prohibió exportar hasta 2023) estarán vigentes durante todo 2022. La primera etapa del programa se extenderá desde el 7 de febrero hasta el 7 de abril próximo, fecha en la que se analizarán las condiciones de prórroga para el resto del año.
“El programa incluye los cortes más representativos del consumo de las y los argentinos con opciones para la parrilla, para el consumo diario, como milanesas, y para cocción a la olla”, destacaron desde el Ministerio de Desarrollo Productivo, que conduce Matías Kulfas. El comunicado oficial también subrayó que los valores de venta acordados son “notablemente inferiores a los que actualmente pueden encontrarse en el mercado doméstico”.
La gran pregunta es aquí qué actor privado aceptaría sumarse a un acuerdo que le implique perder dinero, como parece que sucede en este caso.
El comunicado informa que los que suscribieron el pacto con el gobierno son los mismos de siempre. Es decir las cadenas que integran la Asociación de Supermercados Unidos (ASU) y los grandes frigoríficos del Consorcio de Exportadores de Carne Argentina ABC. Adicionalmente, como tienen algún socios que es exportador, firmaron el pacto con Feletti la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales (Fifra) y la Unión de la Industria Cárnica Argentina (Unica), otras dos cámaras de la industria.
En el rubro de los supermercados, los jugadores más fuerte en el negocio de la carne son Coto y La Anónima, que además son grandes exportadores. Pero también tienen faena propia de bovinos otras cadenas, como la francesa Carrefour. Estos son los grandes beneficiados por este acuerdo, ya que ellos deben vender carne más barata de su propia faena. Quizás no logren mucha ganancia con la venta de dicho volumen de carne, y hasta acaso solo cubran sus costos. Pero como son los únicos que ofrecen “cortes cuidados”, utilizan la carne como anzuelo para atraer clientes, que terminan comprando otros productos que sí se venden con abultados márgenes.
Como informó este portal, el pacto consistiría en colocar unas 12.000 toneladas mensuales de esos cortes que no se pueden exportar en un circuito comercial integrado únicamente por los supermercados , y no por las carnicerías de barrio. La mitad la pondrían los supermercados y la otra mitad los frigoríficos netamente exportadores, que usualmente no disponen de una estructura comercial para vender al interior del país. Por eso, los supermercados le vienen como anillo al dedo para canalizar la oferta de cortes baratos que no pueden exportar.
¿Y qué ganan los frigoríficos vendiendo más barato? Quizás nada, pero se aseguran integrar la media res de mejor modo, canalizando fácilmente esos siete cortes que no les dejan exportar hacia el mercado doméstico. Y de paso, aceitan relaciones con Feletti y el Ministerio de Agricultura, que siguen teniendo la llave para trabarles la exportación del resto de los cortes bovinos en cualquier momento.
El comunicado oficial confirmó que “los consumidores podrán comprar los cortes en más de 1.000 bocas de expendio que incluyen las grandes cadenas de supermercados Coto, Jumbo, Plaza Vea, Disco, Carrefour, Walmart, Changomas, La Anónima y Día%, las cadenas mayoristas Vital y Makro, y carnicerías adheridas a Unica y ABC”, que son muy pocos.
Usualmente, la faena realizada por los frigoríficos exportadores representa entre el 25 y el 30% de la oferta total de carne producida en el país. Es también ese el porcentaje aproximado de participación de los supermercados en las ventas totales de carne vacuna. Por proximidad, comodidad, tradición y otros atributos, el 70% de los consumidores argentinos sigue eligiendo las carnicerías de barrio para hacer sus compras de este alimento. Se supone que hay cerca de 100 mil locales minoristas.
Pero a muchos carniceros se les está haciendo complicado subsistir, por la suba de los costos de la media res (que no siempre pueden trasladar a sus clientes), el aumento de las tarifas y los salarios, y la competencia visiblemente desleal que, con ayuda del gobierno, surge desde los supermercados.