Este lunes 17, según se recordó en un comunicado de prensa, la empresa que supo ser líder en el mercado lácteo argentino, SanCor Cooperativas Unidas Ltda, cumple sus primeros 80 años de vida. El aniversario encontrará a la cooperativa en una pésima posición: entregando muchos de sus activos para poder cancelar sus millonarios pasivos y así poder seguir existiendo.
Como Túpac Amaru, aquel indígena que lideró en 1780 la más importante rebelión contra la dominación española en el virreynato del Alto Perú, SanCor está siendo desmembrada. Sus acreedores tiran de brazos y piernas, desgarran sus tejidos, debilitan sus músculos. Y también lo hace su estructura gerencial. De aquella empresa que hasta hace poco tiempo procesaba 4,5 millones de litros diarios de leche y se ubicaba en el podio, muy pronto solo quedará el tronco.
Quizás sea como volver a comenzar, hace 80 años. SanCor fue fundada un 17 de septiembre de 1938 por la unión de 16 cooperativas de las provincias de Santa Fe y Córdoba. Los productores asociados tenían leche y arrancaron con una simple fábrica de manteca. “La Cooperativa contribuyó a la creación de numerosas soluciones sociales, que muchas veces resultaban inaccesibles a las comunidades de origen. Así, se crearon condiciones para el suministro de servicios esenciales como electricidad, telefonía, caminos, salud, seguros, financieros, entre tantos otros”, recordó el comunicado que recuerda aquel momento.
Una nota del periodista especializado en lechería Damián Morais, publicada en EDairyNews puso al día el tironeo que vive desde hace un par de años la gran cooperativa láctea, en un proceso que terminaría en los próximos meses. Recién entonces se podrá ver lo que quede del cuerpo desgarrado de SanCor.
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Por un lado, en los últimos días se supo que la firma Adecoagro (que maneja el tambo estabulado más grande del país) retrocedió de su oferta inicial para quedarse con toda la cooperativa y solamente tomará dos plantas, las de Chivilcoy y Morteros, por las que se pagarán 45 millones de dólares. esto incluye las marcas Las Tres Niñas y Angelita.
La tupacamarización de SanCor comenzó en realidad hace varios años, pero se aceleró desde abril pasado. Según recuerda Morais, en estos pocos meses SanCor vendió su planta de Centeno a la empresa La Tarantella; la de Brickmann a una firma llamada Alaisa; la de Charlone a San Gotardo; la de Coronel Moldes a la cooperativa de tamberos de Huanchilla. Todo esto además de entregar el resto de las acciones que tenía en Arla Foods Ingredients SA (Afisa), con planta en porteña, a la danesa Arla Foods.
“Pero el desguace no ha terminado. Según podemos averiguar hay negociaciones por otros activos”, dice EDairyNews. Y enumera:
- Bongrain, a través de Milkaut está interesado en dos plantas, Gálvez y La Carlota. Esta negociación continúa a ritmo lento, pero no se descarta que haya novedades pronto.
- La otra negociación viene más complicada, y es la que mantienen con Arsa. Hoy la empresa controlada por Vicentín tiene el 90% del negocio de los frescos con las plantas de Córdoba y Arenaza. Además le fabrican Mendicrim. Arsa estaría interesada en comprar el 10% que le queda a SanCor en el negocio de frescos, y además, quedarse la popular marca de quesos.
¿Y que quedaría al cabo de estas negociaciones de la cooperativa láctea que está cumpliendo sus 80 años? “La Cooperativa seguirá teniendo un rol importante en la lechería. El residual de estas negociaciones no es nada despreciable, incluye cinco plantas y un centro de distribución muy moderno”, indica Morais.
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De todos modos aclara que a SanCor “también queda la deuda, tanto la que está judicializada, como la que aún no se está negociando, y fundamentalmente es impositiva y de servicios públicos, además de un plantel de empleados, todavía grande para su estructura”.
Las plantas de Sunchales, San Guillermo, Devoto, Balnearia y Ceres, además del centro de distribución de Don Torcuato, son las únicas joyas de la abuela que quedarían en poder de SanCor para intentar una resurrección y, quizás, poder vivir otros 80 años.