La Secretaría de Comercio Interior sancionó esta semana a Cervecería y Maltería Quilmes (del grupo belga Anheuser-Busch InBev) por 150 millones de pesos a partir de la acreditación de un abuso de posición dominante de tipo exclusorio.
La medida se decidió a partir de las conclusiones obtenidas de una investigación instruida por la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC), la cual se inició en 2016 a raíz de una denuncia presentada por la filial argentina de la Compañía Industrial Cervecera (CCU).
En la investigación se corroboró que Quilmes desarrolló un conjunto de estrategias de fidelización con el propósito de generar espacios exclusivos de venta minorista de cervezas, a partir del cual se produjo un cierre vertical del mercado para los competidores actuales y potenciales.
Entre las prácticas anticompetitivas se detectó la venta exclusiva de cervezas y otros productos de Quilmes en los puntos de venta “on premise” (como bares o restaurantes) a cambio de contratos de dinero, publicidad, mobiliario y descuentos sobre toda la cartera de productos que comercializa la compañía (cervezas, aguas, aguas saborizadas, isotónicas, gaseosas y energizantes)
También se corroboró la exigencia por parte de Quilmes de espacios exclusivos y preferenciales en góndolas y punteras en los canales “off premise” (supermercados y autoservicios) a cambio de descuentos y promociones, además de pedidos de exclusividad en el uso de heladeras en todos los canales comerciales.
“Todas estas prácticas constituyeron el establecimiento de barreras a la entrada en el mercado de producción y distribución de cervezas”, indicó la Secretaría de Comercio por medio de un comunicado. “Desde el punto de vista de la defensa de la competencia, las barreras a la entrada le permiten a las firmas que operan en el mercado obtener beneficios supracompetitivos, impidiendo que competidores actuales o potenciales disciplinen los precios”, añadió.
Además de la multa de 150 millones de pesos, la CNDC estableció distintas medidas correctivas para impedir que se reiteren las conductas sancionadas, entre las cuales se destaca que Quilmes no podrá instrumentar ningún tipo de acuerdo comercial formal o informal con cualquier punto de venta que tenga como finalidad la obtención de la exclusividad de venta.
Asimismo, se dispuso que Quilmes deberá mantener una estrategia de comercialización de sus marcas de cerveza en forma independiente del resto de las bebidas que distribuye, lo que implica que no podrá establecer descuentos cruzados entre distintos productos ni condicionar la venta de un producto a la adquisición de otro.
Además, entre las medidas dispuestas, se estableció que los acuerdos de publicidad y promoción exclusiva de sus marcas de cerveza –a través de la entrega de mobiliario, marquesina u otros– deberán tener una duración máxima de tres años con la posibilidad de la recisión anticipada luego del primer año y sin renovaciones automáticas. Y que no deberán prohibir la venta de productos de la competencia ni órdenes de preferencia en la oferta de productos, además de permitir la inclusión de los productos de los competidores en las cartas o menú.
Tales conductas ya habían sido investigadas, verificadas y sancionadas por los organismos de competencia de distintos países, entre los que se encuentran Brasil, México, Uruguay, Colombia, Chile, Republica Dominicana y Grecia, entre otros.
Compañía Industrial Cervecera (CCU) es una empresa chilena productora de bebidas controlada por Inversiones y Rentas S.A., propiedad de la filial Quiñenco del Grupo Luksic, y la neerlandesa Heineken International, los que conjuntamente poseen el 60 % de la empresa. En la Argentina elabora las cervezas Schneider, Imperial, Salta, Santa Fe, Palermo, Bieckert, Isenbeck,Miller, Grolsch, Warsteiner, Córdoba, Otro Mundo, Heineken, Sol y Amstel, entre otros, además de las sidras Real, La Victoria, Sáenz Briones 1888 y Pehuenia, los licores El Abuelo y los vinos Finca La Celia y Eugenio Bustos.
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