Por Matías Longoni.-
A principios de noviembre la Subsecretaría de Control Comercial Agropecuario (Succa) clausuró, además de a varias cooperativas de faena del conurbano, el frigorífico de Cañuelas que históricamente perteneció al más popular de los matarifes, Alberto Samid. El hombre ya no disfruta de las mieles del poder como sucedía antaño, y no logró en todas estas semanas conmover a las autoridades de esa oficina del Ministerio de Agroindustria para que le levantaran esa suspensión. Por eso presentó a la justicia un recurso de amparo. Y esta vez se hizo justicia: luego de un breve análisis se lo rechazaron.
Bichos de Campo pudo acceder a la sentencia dictada por el Juzgado en lo Contencioso Administrativo Federal 7, a cargo de de Esteban Furnari. Allí recurrió Samid para que le permitieran reabrir las puertas de su planta de Cañuelas, que hasta hace un mes estaba operando bajo la sociedad “El fuego y el agua SA”. En solo dos carillas concluye el juez: “Corresponde desestimar la medida cautelar solicitada”.
Ver: Cerraron el frigorífico de Samid y a varias cooperativas de faena
Con una jeringosa judicial apabullante el magistrado expuso sus consideraciones para rechazar el recurso presentado por Samid. En medio se escapan algunos datos reveladores sobre la situación fiscal del matarife que ha llenado horas y horas de programas de televisión contando cómo funciona el negocio de la carne.
Furnari cita en su dictamen, según surge de un informe del propio Estado Nacional, que la suspensión de la matrícula de Samid en el Registro Único de Operadores de la Cadena Agroindustrial (RUCA) se originó en que “con motivo de la fiscalización in situ realizada con fecha 1/11/17, la accionante no habría registrado al 97% del personal destacado en su planta frigorífica, lo que además supone una deuda estimada en $ 31.990.667,85 en concepto de capital, intereses y multas”.
¿Se entendió? El día que lo inspeccionaron se descubrió que el 97% de la gente que trabajaba en el frigorífico de Samid no había sido declarada formalmente, y que eso implicaba una fuga de aportes (actualizada con intereses) de casi 32 millones de pesos.
Esta situación en el frigorífico clausurado de Cañuelas es casi idéntica a otra que ya había revalado la propia AFIP unos meses antes: que casi 100% de los empleados de la cadena de carnicerías La Lonja, perteneciente también a Samid, se encontraba trabajando “en negro”.
Ver “Samid bate récords: el 100% de los empleados de sus carnicerías estaba en negro“
El Operativo de la Afip en las carnicerías de La Lonja se desarrolló a principios de agosto en las localidades de Ciudadela, Isidro Casanova, Hurlingham, Villa Tesei, Cañuelas, San Justo, Villa Ballester, Don Torcuato y Tapiales, en la Provincia de Buenos Aires, y en Palermo y Balvanera, dentro de la ciudad de Buenos Aires.
Hasta dos meses después del cambio de Gobierno, Samid se desempeñó como vicepresidente de la Corporación del Mercado Central de Buenos Aires. Era funcionario del gobierno bonaerense de Daniel Scioli. Además ya cargaba por varias denuncias y un procesamiento por evasión desde la planta de faena de Cañuelas que desde hace un mes permanece cerrada por decisión de la Succa.
Y que así permanecerá ahora con este aval de la justicia.