En la Bahía de Samborombón, en la provincia de Buenos Aires, el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) pondrá en marcha un proyecto piloto con el objetivo de reducir la población del cerdos silvestres, una especie no autóctona que afecta la fauna nativa y la producción ganadera. De paso, con el plan se aspira a evitar un posible riesgo sanitario que puede transmitirse a la población bonaerense.
En un comunicado, especialistas del organismo advirtieron que la creciente población del cerdo silvestre, que alcanzaría a unos 9.000 ejemplares, pone en peligro además a cerca de 300 venados de las pampas, una especia en extinción, que habitan en el área natural protegida de la Bahía Samborombón, sobre el Río de la Plata.
Para controlar esta especie exótica e invasora, que pueden trasmitir enfermedades como la tuberculosis, la leptospirosis y la brucelosis, el organismo informó que instalará una serie de trampas para dar captura a los cerdos.
“Los cerdos silvestres no son originarios del continente americano sino descendientes de los primeros cerdos domésticos introducidos con fines cinegéticos por los conquistadores españoles hace más de cinco siglos”, explicó la OPDS en el comunicado.
En esa zona bonaerense, estos animales salvajes o cimarrones se convirtieron también en el principal riesgo del venado de las pampas, una especie declarada Monumento Natural de la Provincia de Buenos Aires en 1995.
“Esta especie, que lleva más de cinco siglos de adaptación en la provincia de Buenos Aires, encontró un buen hábitat donde no tiene predador”, afirmó Gabriel Castresana, guardaparque de la reserva Bahía Samborombón y coordinador operativo del plan piloto, que en cambio aseguró que los cerdos “pueden predar las crías de venados”.
El problema no es solo de la Argentina. En los Estados Unidos, el USDA (Departamento de Agricultura) emitió un informe en el que explicó que “los cerdos salvajes o asilvestrados son la misma especie, Sus scrofa, como la de cerdos que se encuentran en las granjas. Los cerdos salvajes o asilvestrados son descendientes de cerdos que se escaparon o fueron liberados”.
Llamados con muchos nombres (jabalí, cerdo salvaje, jorobado, cerdos talladores de madera y verraco ruso o Euro-asiático), estos animales resultan ser “una especie peligrosa, destructiva e invasora”, según la definición de los estadounidenses.
“Causan grandes daños a la propiedad, a la agricultura (cultivos y ganado), a las especies nativas, a los ecosistemas y recursos culturales e históricos. De hecho, esta especie invasora cuesta a los Estados Unidos un estimado de 1.500 millones de dólares en daños y costos de control”, indicó ese informe. Da cuenta luego de que su presencia ha sido reportada en por lo menos 35 Estados y que su población se estima en más 6 millones de ejemplares.