Algunas organizaciones rurales que integraban ACDI (Asociación Cultural para el Desarrollo Integral), una organización dedicada desde hace diez años al desarrollo productivo y a la inclusión social en el ámbito rural, con sede en la capital santafesina, decidieron en 2017 unirse en red para fortalecerse frente a las adversidades. A esta red la llamaron “Alma Nativa”.
Es interesante ingresar en su página web y leer el diagnóstico que ellos han hecho de la situación rural de la Argentina, que los llevó a unirse, formando esta red: “La Argentina es un destacado actor dentro del comercio mundial de alimentos y materias primas de origen agropecuario, pero sin embargo y paradójicamente, en las zonas rurales donde se producen estos alimentos los niveles de pobreza superan a los urbanos”, dicen.
Alma Nativa tiene como slogan “Productos de la tierra”, y es una red de organizaciones de pequeños productores y productoras de distintas regiones de Argentina, que llevan adelante sus emprendimientos de alimentos, ricos, sanos y pagados a precio justos, producidos en cada territorio con recetas ancestrales.
Está conformada por dos equipos técnicos que asisten a la Red en la difusión y en la comercialización. Consiguieron una ayuda financiera de la Fundación Interamericana, que ejecutan ACDI y FIBO, otra ONG con sede en la calle Costa Rica, en la ciudad de Buenos Aires.
“Las organizaciones de la red tienen en común producir bajo criterios de sustentabilidad alineados con los principios de comercio justo que incluyen: respeto del medioambiente, creación de capacidades en productores en desventajas económicas, no discriminación, empoderamiento de la mujer, condiciones dignas de trabajo, protección de los derechos de la infancia, transparencia y acceso a precios justos. La iniciativa beneficia de forma directa a alrededor de 1.500 personas y a otras 9.780 de manera indirecta”, explican en Alma Nativa.
Se puede ingresar a su página web y ver la lista de las asociaciones agrupadas en la red. Son pastoras del monte, hacedores de quesos, apicultores, cultivadores de hongos, deshidratadoras de hierbas aromáticas, criadores de búfalos, y muchas asociaciones más, ubicadas en La Quiaca, Jujuy, Santa María, Catamarca, Delta del Paraná, Entre Ríos, en Chaco, en Santiago del Estero, etcétera.
La red no incluye a emprendimientos familiares ni a individuos, a los que no descartan, sino que buscarán integrarlos en alguna asociación, o que ellos mismos se agrupen y formen, por ejemplo, una cooperativa. De este modo van integrando a productores de pueblos originarios y a otros pequeños productores y productoras de distintas partes de la Argentina. Su objetivo es lograr la auto-sustentación de la red, y no necesitar de la financiación externa, para coordinarse y difundirse.
Por ahora Alma Nativa se está focalizando en ganar mercados en la ciudad de Buenos Aires, pero más adelante se dedicarán a hacerlo en otros centros urbanos de nuestro país. En 2018 participaron en la Feria Masticar, e hicieron dos encuentros en Buenos Aires, y tienen como objetivo ganar más mercados y bajar costos de transporte, entre otras cosas, para lograr precios competitivos.
El 9 de Abril, en Buenos Aires, realizaron una presentación de Alma Nativa a la prensa, con una degustación de productos que comercializa la Red, y convocaron a la chef Carla Nicastro, que diseñó los siguientes platos con los productos de la tierra que comercializa la red. Los invito a leer algunos platillos para tentarse:
Había embutidos de llama, salame de Mercedes y quesos criollo, queso de cabra natural y saborizado a las finas hierbas y ají, hongos al escabeche y al natural, Bastones de queso apanados en maíz, carne de búfalo, Chupe de charqui, miel con crocantes de algarroba.
La paleta de productos y productores debe crecer con el tiempo y el objetivo de la red es mejorar la calidad de vida de los productores en su territorio para que no tengan que emigrar a los centros urbanos.
Nos despedimos con un cantor de Rafaela, Santa Fe, que interpreta “Gatito Cayastacero”, de Orlando Veracruz, dedicada a Colonia Cayastá, ubicada a unos 80 kilómetros al norte de la capital santafesina: