Las escuelas rurales desempeñan un rol clave en la formación de los hijos de productores, o empleados de los campos y en su posterior desarrollo profesional. Muchas veces, desde los medios masivos, se las ilustra como lugares derruidos a los que asisten chicos pobres de diferentes edades que llegan luego de mucho caminar.
Esa visión es parcial. Se hace muchísimo más en esas escuelas y la formación es bien completa. Es el caso del Centro Educativo para la Producción Total Nº15 del paraje El Chajá, ubicado en 9 de Julio, Buenos Aires.
Como en tantos otros lugares, el recorrido académico es bien completo y los 80 chicos que allí están cursando estudios, se recibirán de técnicos agropecuarios, pero además aprenderán a realizar los trabajos en el campo. Nada más y nada menos.
Ariel Peralta es uno de los docentes en esa institución, tiene a su cargo la materia Historia y Desarrollo, y quien llevó a los chicos recientemente a conocer cómo se producen ovinos al campo de Jorge Masi Elizalde.
“Los alumnos se llevaron el diseño de las instalaciones, qué tipo de comida les da a los animales, cómo llevó la producción de un 65% a un 120% de señalada y mediante qué operatoria, por ejemplo, en el caso del ovino”, describió Peralta.
Luego dijo que ser docente rural “es una pasión, además con los chicos aprendemos conjuntamente y visitar productores nos permite ver plasmadas cuestiones sobre el manejo productivo. Aprendes no solamente lo que tiene que ver con el campo y con la experiencia en la interacción con cada uno de los productores, también es una gran familia, terminás siendo parte de sus familias, con como mis hijos”, aseguró a Bichos de Campo.
Peralta contó que venía de trabajar en instituto terciario, pero luego se enamoró de este tipo de enseñanza. “Espero seguir hasta el día que me jubile y un poco más también. Acá se interactúa con cada uno de los productores. Aprendés con ellos, porque es la realidad. Nosotros podemos saber el libro, pero llevarlo a la práctica es distinto”, afirmó.
El director de esta escuela es César Morales quien primero fue docente del Centro Educativo. Su trabajo allí arrancó hace 20 años.
“Este centro permite generar un vínculo con la familia, con el agricultor familiar, con el entorno donde viven los chicos, y eso a su vez permite hacer otro trabajo, estar atento a otras demandas, por medio de la visita, por medio de herramientas que tiene el sistema, que son puentes, que van generando lazos. Siempre se trata que la familia esté involucrada en el proyecto, en las capacitaciones, en las charlas. Y esta herramienta que está trabajando Ariel, la visita a los productores, les permite a los chicos profundizar en el conocimiento”, profundizó Morales.
César además explicó: “Trabajamos en red, con otros CEP de la región para articular y enriquecer la oferta educativa a la familia y al joven”.
Los chicos tiene una semana de permanencia en el Centro Educativo y a la siguiente residen con familias, es un sistema de alternancia que exige el seguimiento de los docentes durante los días en los que no concurren a esa escuela. Eso implica visitar a sus familias y a su vez los ayuda a tener un mayor relevamiento de cómo es la realidad rural y el entorno social de los alumnos.
El objetivo, según cuentan, es lograr no sólo su formación sino que sigan ligados a la actividad productiva. “Por diseño curricular los chicos cumplen con prácticas profesionales y se los vincula a distintas empresas para afirmar conceptos y contenido que han tenido durante toda su trayectoria. En muchas ocasiones ese vínculo se fortalece y los chicos quedan trabajando en esas empresas y haciendo también carreras terciarias. Tenemos alumnos que están trabajando en plantas de silo o en los laboratorios por dar algunos ejemplos”, dijo Peralta.
Escuchá el audio completo con las declaraciones a Bichos de Campo Radio:
El director de este Centro Educativo está ligado desde siempre a la vida rural: “Yo me crie en el campo, estudié también en una secundaria agraria, creo que somos el modelo que le brinda a la familia y al joven de campo la oportunidad de prevenir el desarraigo o el desmembramiento de la familia rural”.
La tercera pata fuerte de este establecimiento educativo es Luis Coronel, el presidente del Consejo de Administración, quien contó: “Vengo de criarme y desarrollarme toda mi vida en el ámbito rural. Yo tengo solo el nivel primario, trabajé toda la vida y me jubilé como empleado rural”
Luis dijo que no tiene hijos, pero sobrinos que fueron a esa escuela, ahora tiene una sobrinita cursando. “Esta actividad me ayuda a aportar lo que tengo para que los chicos tengan una vida diferente”, aseguró orgulloso Luis.
La sigla es CEPT. Centro Educativo para la Producción Total. Con pedagogía de alternancia, hace casi 40 años que están en toda la provincia ofreciendo educación media y superior.