Rubén Montero es productor apícola en Tandil desde 1998. Hace tres años avanzó hacia el fraccionado de la miel, tratando de buscar otros mercados y ganar valor. Montó una empresa familiar, en donde trabaja junto a su esposa y una ayudante que lo ayuda en las jornadas a campo. Produce unas 20 toneladas anuales y se sostiene. Pero se quejó de que, por los malos precios, “en los últimos 5 años desapareció el 40% de productores apícolas”.
Más allá de que en Argentina se exportan unas 65.000 toneladas al año, lo que la coloca como el segundo productor y exportador mundial de miel, Montero sostiene que “el mercado apícola no es transparente y el Estado nunca se preocupó por tratar de defender a los productores, los cuales estamos atomizados viviendo en los pueblos del interior”.
“Tratamos de que nuestros hijos aprendan y continúen en el oficio, pero los gobernantes no hacen nada por fomentar políticas que contribuyan a eso y que reconozca nuestra labor de mantener la biodiversidad y la polinización que hacemos en los cultivos. Esto hace que la apicultura sea cada vez menos rentable”, añadió entrevistado por Bichos de Campo.
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Montero explicó que con el fraccionado tratan de vender miel en envases de medio, uno y dos kilos, volcándola al mercado local. Pero aclaró que “el consumo no es bueno y los precios que se pagan por la miel hacen que directamente desaparezca la actividad”.
En cuanto a los costos, Montero dijo que tienen grandes gastos y deben hacer grandes inversiones. “Tenemos que comprar alimentos y productos para curar las colmenas. Eso nos conduce al mercado de exportación para sacar margen. Los tambores en los que se envasa la miel que va a exportación están dolarizados. Entonces tratamos de vender la cosecha y enseguida comprar los insumos para el año siguiente, de modo de poder ganarle a la inflación. Pero si tomamos en cuenta que desde enero a esta parte la miel para exportación cayó 50 centavos de dólar, con un dólar subiendo, cada vez nos rinde menos la producción”.
Hace varios años que Montero participa coordinando la Comisión de Apicultura de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), pero se lamenta de que no son tenidos en cuenta. “En un curso de dirigentes que hice, me dijeron que había que ocupar los espacios vacíos, para poder llevar la voz del interior y así dejar plasmado el pensamiento rural, aunque pocas veces somos escuchados”, se lamentó.
Respecto del manejo que hace China sobre el comercio de miel, Montero explicó que “hay dos tipos de mieles en el mercado externo, las mieles puras y las mieles asiáticas que son adulteradas. Como China tiene sanciones en otros países, triangula sus operaciones comerciales a través de otros destinos, y esa es nuestra preocupación. Hemos aprobado protocolos para poder venderles miel, pero el temor es que se crea a nivel internacional que en algún momento podemos llegar a triangular miel y caigamos en otros mercados”.