Zarza, mora, Rubus ulmifolius. Hay muchos modos de nombrar a la zarzamora, que es una planta que proviene de la familia de las rosáceas, generalmente silvestre, de la que se aprovechan sus frutos, unas bayas pequeñas de color negro muy aromáticas y algo ácidas.
“En el momento en que decidimos comenzar con la actividad, el arándano estaba en auge y las cosas eran extremadamente costosas. Entonces, como no podíamos hacerlo, buscamos otras alternativas y encontramos a las zarzamoras”, dijo a Bichos de Campo Roberto Varela, que produce esa fruta en Concordia, en el noreste de Entre Ríos.
Varela explicó que “aunque nuestra producción es pequeña e hicimos experiencias de envíos al exterior y hemos estado en ferias internacionales, no tenemos aún la escala como para estar en ese entuerto. El mercado nacional absorbe lo que producimos tanto en fresco como en congelado, que algunas veces es el descarte del fresco o bien el fresco que no tenemos cómo ubicar”.
El mayor problema para subsistir en esta producción, según Varela “es el de la logística del transporte, que no coincide con la del arándano, sino que está desfasada algunos días, lo que hace que sobre el final nuestro, el transporte se nos complique. (Cuando la temporada de arándanos) ya está cayendo, las oportunidades de transporte a los centros de consumo disminuyen de modo significativo, sobre todo las refrigeradas que son en las cuales debe ir este tipo de productos, ya que son altamente perecederos”.
Mirá el reportaje completo realizado a Roberto Varela:
La mano de obra que requiere la producción de zarzamora es igual de demandante que la de arándanos, “pero con algún grado de dificultad porque, a diferencia del arándano, que uno puede tener la planta de un año para otro, las cañas en las que se produce la zarzamora son nuevas”, y se cambian cada temporada.
Roberto explicó que, entonces, “mientras uno hace la cosecha de este año, están saliendo las cañas en las que se va a fructificar el año que viene. Entonces, llega el momento de final de la cosecha, y hay que cortar todas las cañas viejas. Lo que hay que cortar es una caña con espinas, lo que hace más complicado el tema”.
Varela, quien a pesar de su particular producción es integrante de la Asociación de Productores de Arándanos de la mesopotamia (Apama), dice que una fortaleza de esta economía regional es que “podemos entrar en contraestación en el mercado del norte”. Tanto las variedades de arándanos como de zarzamoras son originarios de climas fríos y han sido adaptadas a las zonas subtropicales.
Lo que hay que ajustar, según el productor, es “el tema de los costos internos. Nosotros no marcamos el precio de una fruta como esta. Por lo tanto, los precios están fijos, por eso no podemos soportar el aumento de los costos internos en dólares, porque eso te pega contra el techo y te deja afuera de los mercados”.
En el ránking de los peores costos con los que carga un productor de una economía regional como la zarzamora, Varela declaró que “están los impuestos primero, y el flete después. también el aumento de combustibles golpeó fuerte”.
Además mencionó la necesidad de “una cadena logística de frío que pueda mantenerse. Por ejemplo, hay supermercados en la zona que son abastecidos por camiones frigoríficos dos o tres veces a la semana, y esos camiones regresan vacíos a Buenos Aires y no se llevan nada de lo que podrían llevarse de acá como carga refrigerada”.