Aníbal Fernández Mayer es técnico de la EEA INTA Bordenave (Cerbas), doctor en ciencias veterinarias especializado en nutrición de bovinos. En un trabajo que envió a Bichos de Campo, el profesional advirtió a los productores ganaderos que tengan mucho cuidado con las raciones de granos que les dan a sus bovinos, porque en las erráticas condiciones climáticas actuales podrían estar contaminadas con micotoxinas.
“Debido a que las micotoxinas pueden estar presentes no sólo en los granos o porotos dañados sino, también, en subproductos como pellet (harina) y expeller (tortas) que fueron originados de esos materialesy, de esa forma, afectar seriamente la salud de los animales, es imprescindible analizar a los porotos de soja y granos de maíz dañados, buscando la presencia o no de hongos y micotoxinas en los centros de investigación especializados que hay en todo el país”, recomendó el especialista.
Mientras que por el exceso de humedad se están brotando muchas sojas sembradas en el norte, Fernández Mayer recordó que ya sucedió en campañas anteriores que “las condiciones climáticas adversas durante la cosecha afectaron seriamente la producción y calidad de los granos, especialmente al poroto de soja y al grano de maíz, reduciendo significativamente los rendimientos y su valor comercial”.
En este contexto recordó que “las enfermedades fúngicas (micotoxinas) del tallo y hoja del cultivo de soja y maíz usan a la semilla para poder difundirse”, y aunque “muchas de ellas no son tóxicas al ganado vacuno y ovino, hay varias que pueden afectar seriamente la producción animal”.
Las micotoxinas son sustancias tóxicas producidas por ciertos hongos bajo determinadas condiciones físicas, químicas y biológicas. Entre los géneros de hongos más comunes y peligrosos se destacan Fusarium spp, Aspergillus spp, Penicillium spp, Alternaria spp, Cercospora spp, etc. Y las principales micotoxinas producidas por ellos son aflatoxinas, ocratoxina, zearalenona, tricotecenos y fumonisinas.
“La simple presencia de un hongo no significa la existencia de micotoxinas, ya que a veces no se dieron las condiciones del ambiente (temperatura y humedad) óptimas para que ello ocurra”, aclaró el técnico del INTA. Por el contrario, también advirtió que “muchas veces hay micotoxinas peligrosas en semillas o granos aparentemente sanos”.
“Los rumiantes son más resistentes a las micotoxinas que los no rumiantes. Y los animales jóvenes son más sensibles que los adultos”, indicó Fernández Mayer, que enumeró luego los efectos de las micotoxinas sobre el metabolismo, producción y reproducción animal:
- Afectación del hígado, cerebro, pulmón, riñón, corazón y trastornos digestivos.
- Inmunosupresión
- Baja tasa de concepción, aborto y otros problemas reproductivos.
- Asociado a la Cetosis clínica y Sub-Clínica y/o deficiencias nutricionales.
- Asociado con Enfermedades Infecciosas, Parasitarias (por inmunosupresión).
- Menor consumo de alimentos, especialmente, aquellos que están dañados.
- Reducción de la producción (carne o leche)
El experto del INTA remarcó que “cuando los animales están en contacto directo con granos o porotos afectados por micotoxinas, generalmente, reducen significativamente el consumo de ellos. Además, se muestran intranquilos y a veces, se niegan a entrar a pastorear un cultivo ‘enfermo’ como puede ser el caso de maíces diferidos con espigas dañadas por hongos”.
De todos modos, insistió que no hay que quedarse tranquilos y recomendó hacer análisis cuando haya sospechas. “Es imposible hacer una recomendación seria para aprovechar con el ganado un poroto o grano dañado por hongos, sin antes conocer si tiene micotoxinas y en qué concentración. A partir de ésta valiosísima información se pueden hacer algunas recomendaciones por profesionales especializados”, insistió.