El kilo promedio de carne vacuna valía 668,33 pesos a mediados de mayo pasado, según la última medición del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (IPCVA) realizada en la primera quincena de ese mes. Implicaba un incremento del 6,1% en relación a los precios de abril, y eso explica en qué contexto el presidente Alberto Fernández tomó la decisión de prohibir las exportaciones del alimento.
Al dar a conocer su relevamiento sobre los precios de la carne, que suele anticiparse unos días a la medición del INDEC sobre inflación, el IPCVA reconoció que “los precios de los distintos cortes de carne vacuna mostraron, en promedio, subas significativas, del 6,1%, en mayo de 2021 con respecto al mes de abril. Con respecto a los valores de mayo de 2020, los precios promedio de la carne vacuna del cuarto mes del corriente año se ubican un 76,2% por encima”, agregó.
Las subas de la carne vacuna fueron de más del doble o del triple que la que se registró en sus carnes alternativas. Según la misma medición, el precio del pollo fresco mostró precios con alzas moderadas, con una variación del 1,7% en mayo respecto de abril. Y el precio del pechito de cerdo aumentó 3,8% con
relación al mes anterior. Esto los coloca respectivamente un 58,8% y un 67%, por encima de los valores de mayor de 2020, respectivamente.
Por segmento de consumo, la medición del IPCVA mostró que los precios de la carne vacuna tuvieron incrementos más significativos, del 6,7%, en los puntos de venta que atienden en barrios de nivel socioeconómico alto. En tanto, para los barrios de clase media los precios subieron menos, el 5,8%. Finalmente, en las carnicerías de los barrios más pobres, el aumento intermensual se ubicó por sobre el promedio, en 6,3%.
Con relación al mes anterior, la carne de novillitos mostró precios con alzas significativas, del (+5,1%); la carne de novillos mostró valores que presentaron subas de gran magnitud, (+7,0%); mientras que la carne de vaquillonas y terneras mostró precios que exhibieron valores con una significativa tendencia alcista, que resultó de un (+6,7%), con respecto a abril de 2021.
Durante mayo, además, los precios de la carne mostraron subas de 6,3% en las carnicerías, mientras que los supermercados remarcaron algo menos sus cortes, el 5,6%.
Todos estos indicadores, más allá de confirmar que la preocupación oficial por los precios de la carne era legítima, no parecen justificar que el cierre de las exportaciones sea el remedio adecuado, ya que la carne que más subió fue la de novillo, que ocupa la menor parte en la canasta exportadora de la Argentina y el grueso corresponde a las compras de vaca conserva desde China. Solo un dato parece justificar la decisión del gobierno, que fue repelida con un paro ganadero por parte de las entidades del campo: el corte que más subió de abril a mayo fue el osobuco, un 9,9%, que se corresponde al Brazuelo y Garróin que tiene alta demanda desde China.
En los últimos doce meses, afirma el informe mensual del IPCVA, la carne vacuna tuvo un precio relativo significativamente superior, (+21,3%), al registrado un año atrás frente a la carne aviar: en mayo de 2020 podían adquirirse 3,13 kilogramos de pollo fresco entero con un kilogramo de asado. Pero en mayo la capacidad de compra del corte asado (carne vacuna) en términos de carne aviar se incrementó a 3,80 kilogramos.
Además, frente al corte de carne porcina, el pechito de cerdo, el asado mostró un precio relativo significativamente superior, (+15,3%), y el poder de compra de la carne vacuna se incrementó de 1,26 a 1,45 kilogramos de carne de cerdo comparando los meses de mayo de 2020 y 2021.