Newsletter BDC
CONTANOS TU HISTORIA
lunes, mayo 12, 2025
  • Especial Expoagro
  • Actualidad
  • Producción animal
  • Agricultura
  • Regionales
  • Empresas
  • Clima
  • Valor soja
  • La Peña del Colorado
  • Fierros y chatas
  • Oli-Nada-Garcas
Bichos de Campo
Sin resultados
Ver todos los resultados
Bichos de Campo
Sin resultados
Ver todos los resultados
lunes, mayo 12, 2025
CONTANOS TU HISTORIA
Bichos de Campo
Home La Peña del Colorado

Raúl Grünthal, un ingeniero que metió manos en la Masa Madre pensando que nos merecemos comer panes más sanos

Esteban “El Colorado” López por Esteban “El Colorado” López
9 septiembre, 2020

Raúl Grünthal tiene 68 años de edad, es porteño, ingeniero electrónico y vive en Benavídez, provincia de Buenos Aires. Por su profesión le ha tocado viajar mucho a países de Europa y a Estados Unidos. Hace unos años fue notando que en aquellos países del norte hay una fuerte corriente por comer un pan más sano, de harinas integrales, con semillas. Hasta China, que no tenía tradición panadera, comenzó a importar mucho trigo y a contratar a panaderos franceses, que lideran la docencia en esta corriente.

Es que Grünthal hace varios años comenzó a darse cuenta de que el pan blanco, el común, que fabrica la mayoría de las panaderías y que comemos a diario, alimenta muy poco, y más aún, puede volvernos propensos a la obesidad, la diabetes o la celiaquía.

Poco a poco comenzó a interiorizarse en el tema de los panes. Todo empezó como un hoby, pero no pudo con su genio de ingeniero y comenzó a comprarse libros y a investigar cada vez más, al punto de que construyó su propio laboratorio al costado de su casa, se compró una maquinita de hacer pan y un molinillo de granos.

A esta altura ya se ha entrevistado muchas veces con importantes cocineros, aquí y en Francia. Hasta se fue a hacer un curso de tres meses -“Artisan Breads”- en el Bakery Institute de San Francisco, con el Profesor Stephan Barbieri, que es una eminencia mundial en el tema.

Raúl me atendió por teléfono, por demás de atento y paciente conmigo -ya que le confesé mi ignorancia en este tema-. Me contó que la fermentación se conoce desde tiempos ancestrales, pero la levadura que usamos hoy se debe a un hallazgo de Louis Pasteur en 1857. En la antigüedad se podía vivir a pan y agua, porque el pan alimentaba de verdad. Los ejércitos se mantenían fuertes comiendo pan porque lo hacían con un grano de trigo entero y natural. El pan se hacía una vez por semana, en un horno por cada pueblo, y amasaban las mujeres.

Escuchá el micro Sabores y Saberes de Esteban “El Colorado” López en Bichos de Campo:

Raúl me aleccionó de que aquel pan de los antiguos se fermentaba y amasaba con paciencia, era denso, más bien chato y con textura, de color marrón oscuro, de sabor intenso, aromático y muy nutritivo. Se utilizaba el grano entero, un grano “anciano” de trigo que hoy no se halla en la Argentina.

El grano de trigo consta de tres partes: el endospermo, el germen y el salvado. Y aquí Grünthal, me hizo una valoración histórica: en aquellos tiempos la gente perdía su dentadura y comían con mucho esfuerzo un pan rústico y moreno, considerándolo de baja calidad. Para lograr ablandarlo, se le fueron quitando las asperezas, al grano, dejando sólo el almidón del endospermo –que constituye el 83% del grano- y quitando las otras dos partes que lo recubrían: el gérmen y el salvado.

 

1 por 3
- +

1.

2.

3.

De este modo también el pan se fue aclarando, hasta llegar a un pan blanco y blando, que se asoció culturalmente como “más puro”. Pero éste había perdido las virtudes antioxidantes, las vitaminas E y B, las fibras, sus trazas minerales y los fitonutrientes. ¡Vaya paradoja! El pan que pasó a ser considerado más puro, por su blancura y blandura, sólo resultó el menos alimenticio y para colmo, el más desabrido. Porque al sabor y al aroma lo dan el gérmen y el salvado del grano.

Es por eso que a las harinas blancas que usamos hoy, las deben fortificar artificialmente y las masas sólo tienen sabor gracias a la levadura, la leche, la grasa, la manteca, el azúcar o la sal que les agregamos.

En la levadura de cerveza industrializada, que usamos a partir de Pasteur interviene una sola cepa de bacterias y se produce sólo una fermentación acohólica, que logra inflar a la masa de modo veloz, por la salida del dióxido de carbono, obteniendo un pan que hincha al estómago y da sensación de saciedad, pero no alimenta.

Entonces, Raúl decidió ponerse a elaborar panes de Masa Madre, y hasta asesoró a la pizzería Roma, en el barrio de El Abasto, a elaborar su masa de larga fermentación.

La Masa Madre es una artesanía que ya los egipcios -3000 años antes de Cristo- practicaban a fin de mejorar la fermentación y la calidad de las masas. De los siglos I al VI se utilizó en el norte de Europa para elaborar panes de centeno. A fines del siglo XIX, cuando se industrializó el pan y aparecieron las panaderías, se dejó de lado la Masa Madre. Recién a fines del siglo XX se comenzó a revalorizar, hasta hoy.

La misma se elabora de modo natural, con harina de centeno -que es la más activa- y agua, alimentándola o “refrescándola” a diario, durante una semana o más, en un rango de temperatura de 23° C a 26°C, y no tiene ningún tipo de levadura agregada. Alimentándola una vez por semana, la Masa Madre puede durar toda la vida, a diferencia de la industrializada que tiene fecha de vencimiento.

Para la elaboración del pan, se mezcla la Masa Madre con más agua y con harina, en cantidades basadas en una formulación determinada hasta formar un bollo, todo bajo condiciones precisas y controladas. Luego, se lo deja reposar unos 50 minutos para que se produzca la autolisis, proceso en el cual las moléculas de almidón se hidratan. Después, se agrega un poco de sal gruesa y -si se desea- durante dos horas y media se le aplican pliegues cada media hora. No sólo se va formando la red de gluten, sino que también esto le da tiempo a que las bacterias produzcan el ácido láctico que le da mejor textura, efectos antibacterianos y antifúngicos.

Luego se lo deja reposar en un recipiente adecuado, tapado durante 4 o 5 horas, o hasta que casi duplique su volumen. A continuación, se divide, se deja reposar unos 20 minutos y se le da forma a los bollos, se coloca en los moldes, se deja levar 2 o 3 horas y se lleva al horno, o se guarda en heladera hasta unas 18 horas (este último paso le otorgará más sabor a la masa y permitirá administrar mejor el tiempo).

La Masa Madre aporta a la masa de pan, durante su fermentación, un “consorcio” de levaduras y bacterias que, además de la fermentación alcohólica, produce una fermentación láctica, lo cual provoca que las bacterias y levaduras predigieran el almidón, mejorando su digestibilidad y aprovechando sus nutrientes, aumentando su biodisponibilidad y logrando una masa que no produce picos altos de azúcar en sangre, al facilitar la digestión del almidón. Reduce el colesterol por su alto contenido de fibras, además de aumentar su valor nutritivo, dándole al pan una textura, sabor y aroma muy particulares. Y una tercera fermentación, acética, que hace que el pan se conserve por más tiempo.

Explica Raúl que los granos “ancianos” de trigo, que se usaban antaño, son tres: Einkorn, Kamut y Espelta. Ninguno de estos granos se halla hoy en la Argentina.

El Einkorn es oriundo de Medio Oriente y es el grano más antiguo: data de unos 12.000 años y no tiene ninguna modificación genética. Se aprovecha en Europa y Estados Unidos. El ingeniero intentó ingresarlo a Argentina con el fin de producir panes de Einkorn, aquí -porque sería muy provechoso para los celíacos- pero no se lo permitieron porque no figura en el catálogo aduanero. A comienzos del año 2019 trajo muestras y comprobó que los expertos aquí la conocen sólo de los libros.

Hoy Raúl transmite sus conocimientos de modo gratuito en un Taller de Panificación en Rincón de Milberg, Tigre, para mujeres en situaciones vulnerables. Proyecta con esta institución crear una planta de elaboración, sólo de productos saludables basados en Masa Madre, pero en grandes cantidades para comercializar en la ciudad.

Mientras tanto, hoy Raúl elabora en el taller de su casa –los martes- unos 40 panes artesanales por semana de Masa Madre con harinas orgánicas y agroecológicas. Su hija Carolina -también fan de lo agroecológico y saludable- quedó suspendida en su trabajo por la cuarentena y comenzó a envasarlos bajo la marca RG Baking, anunciándolos por las redes. Comenzó a venderlos contra pedido, cada vez con más éxito. Presentan un kit de 3 panes de medio kilo: uno de Centeno, otro Multicereal con avena y chía, y otro Integral. Además, un Pan Blanco Fortificado con 15% de harina integral agroecológica, y unos Panes de Campo hiperproteicos, y un Danés.

Carolina Grünthal se pregunta: ¿Por qué las escuelas tienen kioscos con productos industriales? Su padre vuelve a hacer hincapié en la cultura y me dice: “La gente, recién cuando llega a enfermarse, se vuelca a lo saludable e integral. Pero si usted toma vino seguramente hoy preferirá uno con dos años de añejamiento a otro de apenas un año; y pagará aquel más caro que éste. Pues habrá que lograr que la cultura del pan sea similar: que volvamos a tomarnos el tiempo necesario, no sólo en casa sino en las panaderías. Y valoremos la diferencia entre los panes más sanos, respecto de los de menor calidad”.

Agradezco a la licenciada en Nutrición Marita Montagnani, del INTA AMBA, porque sin su ayuda, hubiese cometido muchos errores conceptuales en esta nota.

Elegí la canción “Soy pan, soy paz, soy más”, de Piero, basada en los versos del poeta uruguayo y maestro rural Luis Ramón Igarzábal, interpretada por Mercedes Sosa, para dedicarla a Raúl, a su hija Carolina y sus respectivas familias.

https://youtu.be/QxKUtDwVb50

 

Etiquetas: centenocolorado lopezharinamasa madrepanpanespanificaciónRaúl Grünthalsabores y saberestrigo
Compartir167Tweet43EnviarEnviarCompartir12
Publicación anterior

En Chile, una investigadora realiza edición genética de frutas para que puedan adaptarse a la alarmante sequía

Siguiente publicación

Las dos vidas de La Ballenera: La vieja planta de Nidera reabrirá de la mano de una empresa ligada a Bioceres

Noticias relacionadas

Actualidad

Tras un congreso cargado de advertencias por el deterioro del suelo, la Asociación Fertilizar pide revisar el costo de los alquileres antes de seguir recortando la inversión en fertilización

por Lucas Torsiglieri
9 mayo, 2025
Actualidad

Llegó la cuenta y es abultada: El presidente de Fertilizar, Roberto Rotondaro, dice que se necesitan 30.000 millones de dólares para recuperar los nutrientes que ya tomamos del suelo

por Lucas Torsiglieri
8 mayo, 2025
Actualidad

¿Por qué hay mayor entusiasmo en la nueva siembra de trigo? Jeremías Battistoni destaca una mejor relación insumo/producto que promete rentabilidad

por Nicolas Razzetti
30 abril, 2025
Actualidad

Sólo en Entre Ríos, los productores agropecuarios se perderán ingresos por 400 millones de dólares debido a las retenciones

por Bichos de campo
29 abril, 2025
Cargar más

Comentarios 5

  1. Sergio Moro says:
    5 años hace

    Muy buena nota, yo no lo conozco personalmente pero German de Salvaje ya me había hablado mucho de él.

  2. Patricia says:
    5 años hace

    Excelente nota. Gracias por traernos esta información. Que bueno que existen personas con la disponibilidad y la voluntad de transmitir sus conocimientos. Es un bien a nuestra humanidad.

  3. Buck says:
    5 años hace

    Siempre me pregunté por qué se veía en las diferentes lecturas además de pasajes de la Biblia que el alimento diario era el pan. Y me cuestionaba acerca de su nutrición ya que aunque comían carne y leche, el pan era para todo el mundo y así vivían. Excelente nota. Gracias

  4. Juan Gabriel Indelicato says:
    5 años hace

    Es de vital importancia que todos tomemos consciencia de lo importante que es para nuestra calidad de vida aprender a producir nuestro propio alimento y a prepararlo de la manera más natural posible. Creo que esto debería fomentar desde las escuelas, instituciones gubernamentales, organizaciones barriales, etc. El trabajo del ingeniero Raúl Grünthal debería darse a conocer a toda la población para que de esta manera se genere una mejoría en nuestra calidad de vida.

  5. Bocha says:
    5 años hace

    Soy panadero de oficio desde los 14 años, hoy tengo 62 años y sigo dándole pa Lante, mi producción son las facturas artesanales, muy buena la nota y gracias por compartir, un abrazo a TODOS DESDE SAN RAFAEL MENDOZA ARGENTINA

Destacados

La plaza de Carlos Casares se llenó de bronca y desesperanza: Productores y vecinos reclamaron soluciones por el calamitoso estado de los caminos, que los deja aislados

12 mayo, 2025
Actualidad

Yerbateros de Misiones preparan su Semana de Mayo, pero de protesta: Volverán a las rutas y al centro de Posadas para reclamar un precio justo por su producción

12 mayo, 2025
Actualidad

“Tercerizar no es mala palabra”: En línea con los reclamos del interior productivo, en Junín el municipio decidió concesionar el mantenimiento de los caminos rurales

12 mayo, 2025
Valor soja

Lunes mágico: Con el informe del USDA apareció otro factor alcista para la soja estadounidense

12 mayo, 2025
Facebook Twitter Youtube Instagram
Sin resultados
Ver todos los resultados

© 2025 Bichos de Campo SRL

Sin resultados
Ver todos los resultados
  • Especial Expoagro
  • Actualidad
  • Producción animal
  • Agricultura
  • Regionales
  • Ciencia y Tecnología
  • Empresas
  • Clima
  • VALOR SOJA
  • LA PEÑA DEL COLORADO
  • FIERRO Y CHATAS
  • OLI-NADA-GARCAS
  • DE RAÍZ
  • Newsletter
  • Política de privacidad
  • Contacto
    • Comercial
    • Redacción

© 2025 Bichos de Campo SRL

Este sitio web utiliza cookies. Al continuar utilizando este sitio web, está dando su consentimiento para que se utilicen cookies. Visite nuestra Política de privacidad y cookies .