“Prohíbase en todo el ejido de la ciudad de Córdoba el uso. aplicación, expendio, almacenamiento, transporte, comercialización y venta del producto herbicida glifosato en todas sus variantes, sea este para uso agronómico o en espacios urbanos públicos y privados o jardinería”, dice el primer artículo de un proyecto de ordenanza que ingresó al Concejo Deliberante de Córdoba, y que emula otras iniciativas semejantes que se discutieron en otras ciudades importantes de la Argentina, como Rosario, Gualeguaychú y Concordia.
La iniciativa, que lleva el número 6878, es firmada por tres concejales David Urreta, Santiago Gómez y Tomás Méndez. Este último, titular del bloque Vamos Córdoba, es el más conocido de los tres, porque trabaja como conductor del ciclo periodístico ADN Federal, donde ya se han emitido varios informes con un tono sumamente crítico al actual modelo agrícola, que tiene al glifosato, en combinación con la soja transgénica y la Siembra Directa, una de sus principales herramientas.
Ver: El ADN de C5N: el periodismo tóxico de las “medias verdades”
El proyecto de ordenanza para prohibir el herbicida más utilizado, pero a la vez uno de los menos peligrosos que existen según la escala de toxicidad establecida por el Senasa, también establece multas para quienes, sei se aprueba esta norma, se dedicaran al “almacenamiento, transporte, comercialización y venta del producto glifosato en todas sus variantes” o a quien se hallara in fraganti realizando “fumigación terrestre o aérea”. Las penalidades pueden llegar a la clausura o inhabilitación de los locales comerciales y de las pulverizadoras.
En la presentación del proyecto, los autores dicen que “a instancias de un encuentro mantenido entre el Concejal Tomás Méndez y el Biólogo Raúl Montenegro, en representación de la Fundación para la defensa del ambiente (FUNAM), y del Campus del Colegio de los Premiados con el Nóbel Alternativo (con sede en la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba), surgen fundamentos sólidos para prohibir el uso y aplicación del glifosato en todo el ejido municipal de la ciudad de Córdoba”.
De todos modos, el proyecto no cita demasiados fundamentos más allá de los conocidos hasta ahora y que son esgrimidos por las asociaciones ambientalistas. Para empezar recurre al meneado informe elaborado por la agencia internacional para la investigación sobre el Cáncer (IARC) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que hace un par de años incluyó al glifosato en el grupo 2A de sustancias consideradas “probable cancerígeno para seres humanos”. Y también a los estudios realizados por el investigador del Conicet, Andrés Carrasco.
Descargar el proyecto completo desde aquí.
Méndez cita además que, según estadísticas de la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (Casafe), se vendieron en un solo año, en Argentina, 182 millones de litros de glifosato (2012) y que en Argentina el 95 % de los campos que utilizan siembra directa usa glifosato en algún momento del ciclo, muy especialmente en cultivos transgénicos de soja, maíz y algodón, pero también se emplea en girasol, cítricos, manzana, pera, membrillo, yerba mate, trigo, plantaciones de pino, espacios verdes urbanos e incluso jardines hogareños”.
“En Argentina muchas municipalidades han prohibido el uso del glifosato en sus jurisdicciones, entre ellas Bariloche (2010) y El Bolsón (2015) en la provincia de Río Negro; Montecarlo en la provincia de Misiones (2012); Cholila (2015), Lago Puelo (2015) y Epuyén (2015) en la provincia de Chubut; General
Alvear en Mendoza (2017); las ciudades de Rosario (2017) y San José del Rincón (franja periurbana, 2018) en la provincia de Santa Fe, y Gualeguaychú (2018), Concordia (2018) y Paraná (2018) en la provincia de Entre Ríos”, recuerda el proyecto, poniendo en blanco sobre negro la avanzada de regulaciones contra el glifosato.
Ver: Gualeguaychú prohíbe el glifosato y le corta las piernas al Mellizo
Ninguna municipalidad de Córdoba forma parte de esta lista. De todos modos, en la provincia han existido otros conflictos resonantes en torno a los agroquímicos, como la condena efectiva contra tres hombres que realizaban una pulverización en el Barrio Ituzaingó o el “acampe” que impidió, y forzó la retirada, de un planta de semillas de maíz que la empresa Monsanto (la que tenía la licencia del glifosato) planeaba construir con una inversión millonaria en la localidad de Malvinas Argentinas.
Un nuevo capítulo de esta saga comienza…
Con estos planteos insensatos y sin rigor científico, dónde “el me parece” le gana al “saber y la ciencia” nos va a ir tan bien como a nuestra selección nacional , así como se cita el informe de la IARC y el de Carrasco sobre los efectos nocivos del glifosato, no se menciona que en el caso de IARC se omitieron informes de peso en contra y en el caso de Carrasco no se dice que se inyectó glifosato a los renacuajos, algo así como querer prohibir la nafta porque alguien se la inyectó y se murió…. Sensatez y seriedad por favor señores representantes del pueblo!!!!