Un nuevo informe de FADA (Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina) sobre la conformación de los precios de los principales alimentos de los argentinos volvió a mostrar la escasa incidencia que tiene el productor en el proceso de formación de dichos valores, y pone de relieve a la vez el peso de los impuestos.
El caso de la leche fluida es el único en dónde el valor de la materia prima supera la carga impositiva, que de todos modos continúa siendo muy elevada. El trabajo arroja que, en el precio del sachet de leche entera, el tambo representa el 35%, la industria el 32%, el comercio 7% y los impuestos se llevan el restante 26% del precio final.
“Para decirlo de otra forma, en promedio el sachet tuvo un precio de 106,5 pesos, de los cuales 28 pesos son impuestos”, precisó Natalia Ariño, economista de FADA a cargo del estudio.
Dentro de los costos del tambo, el precio del maíz constituye el 18% del precio de la leche cruda (tambo) y solo impacta en el 6% del precio final del sachet. El argumento apunta a desacreditar a quienes culpan de toda la inflación a la suba de los granos en los mercados externos.
En el análisis sobre el precio de la leche, FADA mostró la composición de los precios según los costos de producción, los impuestos y el resultado. En el caso de la leche se detalla que el 86% son costos de producción, 26% impuestos y han de restarse 12 puntos porcentuales como pérdida de la cadena.
De los impuestos que paga la cadena, 78% son nacionales, 18% provinciales y 4% municipales. El IVA representa el 67% de todos los impuestos.