En Colonia Aurora, una localidad ubicada a orillas del Río Uruguay y próximo al vecino país de Brasil, la lechería aparece como una actividad emergente en productores que antes se dedicaban de manera casi exclusiva a la producción de tabaco.
En este marco, la Cooperativa Agropecuaria Esperanza Km 7 Ltda. celebró recientemente 15 años de trabajo agregando valor a la producción local de leche. La entidad es considerada como un modelo de producción asociativa en una de las cuencas no tradicionales de la lechería argentina.

Antonio Da Camargo, uno de los fundadores y actual presidente de la cooperativa, recuerda aquellos primeros pasos en diálogo con Bichos de Campo. “Arrancamos en 2010 con el apoyo de la Secretaría de Agricultura Familiar, el INTA y el municipio. Éramos 15 familias que empezamos a recorrer un camino desconocido”.
“Durante algunos meses recolectamos la leche con un Ford Falcon de un productor, hasta que más adelante pudimos incorporar una camioneta”, relata el titular de la cooperativa.
En sus comienzos, procesaban entre 500 y 600 litros semanales de leche, sin marca registrada y con dificultades para poder comercializar los quesos. Sin embargo, con trabajo y acompañamiento técnico, la actividad fue creciendo y comenzó a afianzarse como alternativa.

“Hoy somos 43 familias y procesamos unos 120 mil litros de leche por mes, lo que equivale a unos 20 mil kilos de queso. También, elaboramos manteca y crema, y esperamos que en 2026 esos productos puedan llegar a las góndolas de los supermercados misioneros”, cuenta Da Camargo.
Entre sus quesos se destacan el tybo, sardo, holanda y muzarella. Sus productos ya se comercializan en mercados de Posadas, Oberá, Eldorado y Campo Grande, entre otras localidades.
El nombre “Esperanza” nació del grupo inicial de productores que participaba por entonces del Programa ProHuerta y refleja un valor arraigado en la comunidad: la confianza en el trabajo colectivo y la posibilidad de seguir creciendo. “Siempre sentí que la palabra esperanza representa eso: seguir adelante, haciendo cosas nuevas”, afirma el productor.
La lechería tiene su historia en Colonia Aurora y en la región del Alto Uruguay. La tradición de elaborar quesos caseros y artesanales, un saber transmitido de generación en generación y se convirtió en una alternativa económica estable para las familias rurales de la zona.
“Desde chico recuerdo que acá siempre hubo vacas de leche y quesos criollos. La lechería es una opción muy importante porque el productor cobra quincenalmente y eso da continuidad a la economía familiar”, explica Da Camargo. El factor rentabilidad es clave para esta actividad frente al tabaco, que se cosecha una vez al año y muchas veces está sujeto a la suerte de eventos climáticos adversos.
Actualmente en Misiones, existen alrededor de trece organizaciones que producen lácteos. Algunas cuentan con mayor capacidad industrial, otras se encuentran en expansión y como rasgo distintivo todas se asientan en el modelo cooperativo. En particular, la región del Alto Uruguay es el terreno fértil que encontraron las cooperativas más desarrolladas de esta incipiente lechería extra pampeana y que busca consolidarse como una cuenca no tradicional.
Con el paso del tiempo, la Cooperativa Esperanza incorporó mejoras tecnológicas y prácticas de manejo que permitieron optimizar la producción. La introducción de bovinos de biotipo lechero que combinan la genética de las razas Jersey y Holando, el manejo de pasturas y la asistencia técnica ayudaron a fortalecer el sistema productivo.
“La gente fue mejorando, alimentando mejor a las vacas y aplicando más tecnología. Hoy el promedio es de 13 o 14 litros por vaca, y estamos trabajando con profesionales para seguir subiendo ese rendimiento”, detalla.

Ahora la recolección de la leche se realiza con dos camiones tanque térmicos —uno de 3.000 y otro de 9.000 litros— que recorren un radio de entre 35 y 40 kilómetros en torno a la planta. Cada vehículo cumple recorridos alternados durante la semana para asegurar que la materia prima llegue siempre en óptimas condiciones. “Trabajamos con leche de muy buena calidad, y eso se nota en el producto final. Nuestro objetivo para 2026 es ampliar la planta e incorporar equipamiento para crema y manteca, además de avanzar en proyectos de yogur y aprovechamiento del suero, como ya se hace en otras provincias y en Brasil”, adelanta Da Camargo.
Con la esperanza intacta y a quince años de aquel primer viaje en un viejo Falcon, la Cooperativa se consolida como una referencia del trabajo asociativo en la región que convirtió una práctica tradicional en un producto industrial con valor agregado en origen. “Nuestros quesos son enteros, no tienen fécula ni agregados. Son productos sin TACC, hechos con leche pura. Es un alimento sano, hecho para el pueblo misionero”, remarca con orgullo el presidente.





