Los “huevos libres de jaula”, producidos con gallinas que se encuentran en “libertad”, pueden resultar atractivos para un sector de la demanda, pero, ¿qué ocurriría si esa metodología se generalizara?
Ya podemos responder esa pregunta porque California, uno de los estados más ricos de EE.UU., prohibió la venta de huevos provenientes de establecimientos con gallinas enjauladas. Y el resultado fue un completo desastre.
El diario estadounidense The Wall Street Journal dedicó una editorial sobre el tema, en la cual recordó que los defensores de la medida, al momento de ser aprobada en 2018, aseguraron que “ayudaría a los productores familiares y haría crecer la economía de California”, además de “proteger a nuestras familias de la intoxicación alimentaria”.
Pero eso no fue lo que sucedió. Muchos empresarios avícolas abandonaron la actividad y otros debieron invertir fortunas para adaptarse a la nueva exigencia. La producción de huevos descendió de manera abrupta y lo contrario ocurrió con los precios del producto.
La aparición de un brote de gripe aviar empeoró las cosas, porque muchos planteles de gallinas debieron ser sacrificados para evitar la expansión de la enfermedad. Mientras que los establecimientos avícolas convencionales suelen contar con estrictas medidas de bioseguridad, las “gallinas libres” están mucho más expuestas al virus.
Egg shortage (again) in California! pic.twitter.com/h2WvC9df84
— Yingjun Wu @RisingWave (@YingjunWu) February 6, 2023
En los últimos meses, los supermercados a menudo se han quedado sin huevos convencionales blancos, que suelen ser menos costosos que las variedades orgánicas o marrones. Los consumidores con menor poder adquisitivo vieron como los huevos pasaron a ser una suerte de artículo de lujo.
En algunos supermercados se establecieron limitaciones de compra para racionar los faltantes de mercadería, al tiempo que aquellos que viven cerca de la frontera con México cruzan hacia ese país para intentar traer huevos de contrabando, lo que está prohibido por cuestiones sanitarias.
El último informe de ovoproductos del USDA indica que el precio promedio mayorista de la docena de huevos en California se encuentra en 5,0 dólares, mientras que en la región del Medio Oeste de EE.UU. se ubica en 3,0 dólares. Una diferencia del 66%, que resulta bestial para un alimento básico que tradicionalmente fue una fuente proteica barata para las familias más pobres.
@JoeBiden's #StateOfTheUnion as expressed in today's $9.99 price for 18 #Eggs at the 99 Cent Only store in #PalmSprings #California. Our #RealWorldExperience is what counts. Pass it on… pic.twitter.com/DwEpx4Xkaw
— Positive Reforms 4 Private Health Insurance (@xzr56) February 7, 2023
The Wall Street Journal advierte que otros nueve estados de EE.UU. promulgaron leyes similares a las de California, aunque, afortunadamente, la mayoría aún no entró en vigor. Pero si esa experiencia se repite, también lo hará el resultado.
La lección californiana debería ser más que útil para aquellos que pretenden promover experiencias similares en naciones con una enorme proporción de la población bajo la línea de pobreza que depende de alimentos baratos para sobrevivir.