En el ámbito de la red CREA conviven prácticamente todos los modelos de producción lechera presentes en las diferentes regiones productivas argentinas, lo que permite, al compararlos, elaborar diagnósticos con una gran cantidad de información útil. Por eso, uno de los momentos mas esperados en el calendario lechero es el análisis de gestiones CREA.
El equipo de técnicos del Área de Lechería de CREA terminó de evaluar recientemente las gestiones 2022/23, para lo cual consideró no solo indicadores productivos y económicos, sino también ambientales y empresariales.
En la última campaña presentaron gestiones 147 empresas CREA, que en conjunto produjeron en el período 975 millones de litros. Esas unidades productivas corresponden a las regiones CREA Oeste y Santa Fe Centro (en ambos casos con el 19% del total), Centro (17%), Mar y Sierras (12%), Este (10%), Litoral Sur (9%), Sur de Santa Fe (7%), Oeste Arenoso (4%) y Sudoeste (3%).
Aquellas empresas que presentan gestiones de forma consistente a través de los años son incluidas en una base de datos, denominada Isotambo, la cual permite evidenciar tendencias en el transcurso de las diferentes campañas productivas.
Al analizar la serie de Isotambo en los últimos 18 ejercicios se observa que, si bien la relación entre el ingreso neto y el gasto directo había registrado una mejora importante en el ejercicio 2018/19, desde entonces ese indicador viene descendiendo, aunque aún no llegó al mínimo del período 2015/16.
Esa disminución está asociada a un uso creciente del uso de concentrados en las últimas campañas y, en menor medida, a la mayor confección de reservas en una fase de tres campañas consecutivas caracterizas por restricciones hídricas y desastres climáticos que se extendieron por la mayor parte de las cuencas lecheras.
“Se gasta cada vez más para obtener un litro de leche y eso está asociado a un mayor uso de concentrados, pero tal dinámica no se correlaciona en el promedio de situaciones con una mejora proporcional del margen económico obtenido, lo que nos debe llevar a estudiar cuáles son los factores que están limitando la eficiencia en el uso de esos recursos”, señala el especialista en lechería Emiliano Demarchi en un artículo publicado en Contenidos CREA.
Al analizar las 10 empresas más y menos destacadas del ejercicio 2022/23, considerando para ese ranking el indicador Margen Bruto/ha/tambo total, puede advertirse que diferentes regiones y modelos productivos conviven en ambos extremos.
En la muestra de los diez casos más destacados como en la integrada por los diez que obtuvieron los menores MB/ha.TT coexisten situaciones muy variables en lo que respecta a la productividad por vaca o por hectárea. Sin embargo, el “top ten” en general se caracteriza por contar con sistemas que tienen una mayor carga animal.
En definitiva, el “mapa” de los diez casos más sobresalientes muestra que la alta productividad lograda por unidad de superficie (alta carga x destacada producción individual) no es garantía de buenos márgenes brutos por hectárea. Otros factores, como el precio de venta de la leche cruda o la utilidad generada por la venta de animales, también mostraron una elevada dispersión de situaciones.
“Un aspecto en el cual observamos un diferencia importante en los diez casos destacados respecto del resto es en la eficiencia de uso de los concentrados, dado que los top ten producen más que el promedio de la muestra –y mucho más que los diez casos menos destacados– por unidad de concentrado utilizada”, remarca Ignacio Laulhe, asesor del CREA Tambero Mar y Sierras.
Tal diferencia –que requeriría un análisis particular de cada caso– puede llegar a explicarse por infraestructura, bienestar animal, gestión de procesos, capacitación y motivación de equipo de trabajo y calidad de la ración, entre otras variables.
Al evaluar el MB/ha.TT de las diferentes regiones, se evidencia que Oeste y Mar y Sierras tuvieron el 75% y 63% de los casos en los dos primeros cuartiles, mientras que esa proporción fue del 47% en Este, 40% en Oeste Arenosos, 39% en Centro, 36% en Santa Fe Centro y 14% en Litoral Sur. Buena parte de la distribución de situaciones se explica por el hecho de que en algunas regiones el desastre climático ocurrido el 2022/23 fue menos pernicioso que en otras.
La necesidad de incrementar el uso de la suplementación en los sistemas pastoriles o semipastoriles, como consecuencia de la situación climática, coincidió con un aumento desproporcionado del costo de esa erogación, el cual no fue acompañado en la misma medida por el ajuste del valor de la leche cruda..
“Más allá de las dificultades experimentadas en la última campaña, aquellas empresas lecheras que además se dedican a producir granos lograron, gracias a los ingresos generados por el tambo, sobrellevar con mayor holgura los bajos márgenes o las pérdidas económicas de la actividad agrícola”, señala Santiago de Ponti, líder del proyecto Tambo en Foco.