Con un gran porcentaje de cooperativas que acumulan varias décadas de vigencia, e incluso con algunas que rozan el siglo de edad, Argentina se enfrenta al desafío de mantener actualizado ese modelo organizativo que tanto ha aportado al desarrollo económico y productivo del país.
Con eso en mente es que nació la Fundación Nodos, en el seno de una asociación entre las cooperativas ACA, La Segunda seguros, Avalian salud y Coovaeco, con el objetivo de fortalecer la gestión y la profesionalización de estas asociaciones en todo el territorio.
“Estas cuatro cooperativas viajan a España hace 10 años y conocen una corporación cooperativa que se llama Mondragón, cuyo foco es la educación cooperativa. Allí vuelven al país pensando en la red de asociaciones que tenían distribuidas por el territorio, muchas de las cuales tienen en promedio 70 años. La Fundación nace con el propósito de ayudarlas a actualizarse y a difundir, en su lugar de trabajo, cómo es que se van adaptando a las propuestas que generan las comunidades”, contó a Bichos de Campo Graciana Mujica, directora ejecutiva de Fundación Nodos.
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“El origen de las cooperativas es que personas se juntan a trabajar mancomunadamente para resolver desafíos y necesidades que solas no podrían. Y el concepto del cooperativismo sigue más vigente que nunca. Hoy nadie se salva solo, cada vez más necesitas de otros”, añadió a continuación.
Actualmente, la Fundación trabajaba en tres ámbitos interconectados. Una línea se enfoca en el desarrollo de las personas, para lo cual se creó una universidad cooperativa con el foco puesto en el liderazgo, la gestión estratégica, y la cultura cooperativa.
Otra línea de trabajo apunta al desarrollo de un modelo de gestión cooperativa, a partir del cual cada asociación puede autoevaluarse en función de ciertas “buenas prácticas cooperativas” que, según Mujica, ayudan a que sigan siendo atractivas para sus asociados.
La tercera vertical, por su parte, gira en torno a la educación cooperativa dentro de las comunidades de las que estas asociaciones son parte.
“Hemos desarrollado una cantidad de propuestas educativas desde el nivel inicial, el primario y el secundario, para que la cooperativa acerque a sus comunidades este modelo de educación que implica resolver desafíos en conjunto, con respeto, responsabilidad y compromiso. Son valores que están en las escuelas y que queremos promover desde este modelo”, explicó la directora.
“Aggiornarse ha sido casi algo común de las cooperativas que se han podido mantener 100 años. El desafío sigue siendo el buscar espacios para aprender unos de otros. Hay cooperativas que han desarrollado algún tema que otra aún no ha hecho, y nosotros queremos sistematizar ese conocimiento para compartirlo”, sostuvo Mujica en este sentido.
-Finalmente, la formación al interior de las cooperativas termina llevando a que estas puedan seguir sumando valor y derramando riqueza al interior de sus comunidades.
-Es así. La gente que participa en una cooperativa tiene que entender que ella no es solo una empresa sino un actor social en el lugar. En la medida en que haya más participación, en la medida en que convivan las generaciones, el bisabuelo que la fundó, el hijo, la hija, los nietos, en la medida en que se generen espacios donde se propicie la participación, donde se piense cómo cubrir las nuevas necesidades, se va a ir generando sentido de pertenencia y ganas de participar.