El gobierno argentino comenzará a regular las ventas externas de carne bovina por medio de la introducción de “valores referenciales” para mercadería exportada a China, Hong Kong, Corea, Taiwán, Filipinas, Tailandia y Japón.
La medida, dispuesta por la resolución 4710/2021, indica que los valores referenciales se determinan con “carácter precautorio”, de manera tal que los mismos constituyan “un primer control de las declaraciones en resguardo del interés fiscal”.
A partir de esta semana, por ejemplo, el “precio referencial” FOB del cuarto delantero bovino congelado con destino a esos países será de 3000 dólares por tonelada, mientras que el de los recortes de troceo será de 2400 dólares por tonelada y el de la bola de lomo de 4100 dólares por tonelada.
Las dos posiciones arancelarias comprendidas en la medida (0202.30.00 y 0202.20.90) en 2020 sumaron exportaciones con destino a los países asiáticos seleccionados por 456.812 toneladas, que representaron un total de 1.706 millones de dólares (la mayor destinado a China/Hong Kong).
Es casi la mitad de las exportaciones totales de carne que tuvo la Argentina en 2020: unas 911 mil toneladas por 2.500 millones de dólares.
La metodología implementada por la resolución 4710/20 está orientada a evitar subfacturaciones para reducir el pago de derechos de exportación y eventuales cobros de parte del saldo de la operación en cuentas del exterior con el propósito de evitar la “retención cambiaria”.
El tipo de cambio oficial actualmente se encuentra en 92,0 pesos por dólar ($/u$s), mientras que el Contado con Liquidación (CCL) cotiza a 149,7 $/u$s, lo que representa una brecha cambiaria superior al 60%.
Esto es lo que en el mercado de la carne han dado en llamar el “rulo cambiario”. En el mercado financiero más sofisticado, ese modismo se utiliza para la operación que hace diferencia ente el dólar MEP versus el dólar CCL. Allí la diferencia es leve, pues el primero está en 146.8 pesos y el segundo en 149.7 pesos.
Esa posibilidad incluso fue mencionada en un artículo publicado el pasado 16 de noviembre en un boletín informativo de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (Fifra), en el cual el analista cárnico Ignacio Iriarte señaló que algunos exportadores “liquidan una parte de los negocios al tipo de cambio oficial y otra a través de los dólares financieros, lo que les mejora el poder de compra y por eso el recorte en la brecha entre el precio de la vaca y del novillo”.
De todas maneras, en los hechos la metodología de “precios referenciales” también puede operar como un mecanismo de intervención de mercado, dado que, aún tratándose de operaciones genuinas, las demoras generadas por la mercadería derivada al “canal rojo” de la Aduana pueden entorpecer el ritmo de colocaciones.