A fines de mayo, un grupo de activistas por la protección animal organizaron una protesta pacífica frente al local de la cadena de hamburguesas Mostaza, en Puerto Madero, para reclamar a la empresa que adopte políticas más amigables con los animales en su cadena de suministro. Se trató de una de las primeras actividades de este tipo en la Argentina, donde los planteos sobre bienestar animal ocupan un segundo plano.
Contra lo que podía suponerse, los activistas de la organización Sinergia Animal no apuntaron contra los bovinos, principal especie ganadera utilizada en todo caso por esa y otras cadenas de comida rápida. El objetivo central de esta protesta fue denunciar a la cadena avícola y “el controversial método de producción de huevos que confina a los animales en pequeñas jaulas donde apenas pueden moverse”.
“Esto es parte de una campaña, que Sinergia Animal inició en 2020 y continúa activa, para pedirle a Mostaza que anuncie en la Argentina una política que prohíba el uso de huevos provenientes de productores que mantengan a las gallinas hacinadas en jaulas diminutas”, sostuvo en aquel momento Romina Viscarret, gerente de relaciones corporativas de Sinergia Animal, la ONG internacional de protección animal que coordinó la manifestación.
En la Argentina, según ha contado oportunamente Bichos de Campo en un programa sobre este asunto, es muy incipiente la producción de huevos mediante la cría de “gallinas libres” o no confinadas. La mayor parte de la avicultura de postura se hace con jaulas que de todos modos contemplan mucha de la regulación europea sobre bienestar animal. Lo que sucede es que el viejo continente avanza mucho más rápido, y ya hay políticas específicas para incrementar la participación de la avicultura de pastoreo, en detrimento de este modelo más intensivo.
Con su protesta ante el local de Mostaza, Sinergia Animal está comenzando a instalar esta demanda también en territorio argentino. Su principal argumento es que “el impacto que vivir en jaulas en batería tiene para las gallinas ponedoras es profundo”.
Según esta posición, muy discutible por cierto, “estas jaulas le dan a cada gallina un espacio menor al de una hoja de papel tamaño A4 que les impiden que realicen comportamientos naturales como anidar o estirar sus alas por completo y la falta de movimiento puede causarles dolorosas enfermedades, como la osteoporosis”.
La ONG animalista citó un estudio realizado en Argentina por IPSOS y Sinergia Animal, a fines de diciembre pasado, en el que el 64% de las personas entrevistadas se opuso en alguna medida a que los huevos se produzcan en jaulas en batería.
¿Y por qué se la agarraron con una sola cadena de comidas? La respuesta fue que “Mostaza es una de las cadenas de comida rápida más grande de Argentina, y todos sus competidores como McDonald’s, Burger King y Subway ya han anunciado políticas libres de jaulas en nuestro país. Solamente pedimos que empiecen a considerar el bienestar de los animales en Argentina y los deseos de los consumidores argentinos”, indicó Viscarret.