La cadena cárnica continúa registrando dificultades crecientes para trasladar aumentos de costos a los consumidores argentinos en un contexto en el cual el precio de la hacienda también permanece “planchado”.
Los precios minoristas de la carne vacuna argentina acumulan un retraso superior a veinte puntos respecto del promedio general de la inflación de alimentos.
En el último año, según los últimos datos publicados por el Indec, la “canasta cárnica vacuna” mostró una inflación interanual del 70,7% versus un 92,1% el promedio de alimentos y bebidas no alcohólicas en comercios y supermercados de la ciudad de Buenos Aires (CABA-GBA).
El principal causante de ese fenómeno es la pauperización del poder adquisitivo de los argentinos, quienes, frente a la escasez de efectivo, están comprando menos cortes bovinos para priorizar la adquisición de alternativas más baratas, como es el caso del cerdo o el pollo.
Si bien la crisis social no es nueva –viene de arrastre de 2021– sí lo es el hecho de que la demanda internacional, que hasta el primer tramo de este año venía muy firme, comenzó a derrumbarse.
La primera señal de alerta –como adelantó en su momento Bichos de Campo– se gestó a fines de agosto pasado, cuando importadores chinos comenzaron a interrumpir órdenes de compra de manera masiva a partir de una intervención promovida por el gobierno central de la nación asiática.
Así fue como el “contrapeso” de la alicaída demanda local desapareció y no quedó prácticamente ningún soporte a partir del cual hacer viable el negocio (salvo intentar modificar, por medio de una medida oficial, las reglas de juego comerciales; pero esa es otra historia).
A pesar de que el panorama es poco auspicioso para la cadena de valor cárnica, el gobierno mantiene en vigencia el cupo de exportación de cortes bovinos, el cual ya no tiene sentido alguno porque la propia demanda externa en general y china en particular provocó un derrumbe de los embarques.
Adicionalmente, para complicar aún mas las cosas, sigue plenamente vigente el derecho de exportación del 9,0% sobre el valor FOB de las exportaciones de cortes bovinos.
Es control climático.