Justo cuando debe comenzar la siembra de algodón de la campaña 2019/20, los productores del norte del país han comenzado a denunciar que faltan semillas debido a los intensos controles del Instituto Nacional de Semillas (INASE) en las deslintadoras, donde el organismo actúe en búsqueda de variedades transgénicas del cultivo textil que fueron sembradas de modo ilegal en el país.
Juan Pablo Karnatz, dirigente de CRA en Santiago del Estero, contó a Bichos de Campo que cuando muchos productores recurren a las deslintadoras para obtener sus propias semillas se topan con que sus granos pertenecer a variedades transgéncias prohibidas que el INASE comenzó a detectar recién a partir de octubre de 2018 y que ahora persigue con severos controles.
Las deslintadoras son justamente plantas que se ocupan del deslintado, que es el proceso de acondicionamiento por el cual se elimina completamente el linter dejando la semilla desnuda y apta para la siembra. Para el INASE controlar allí es como cazar en el zoológico.
Escuchá lo que nos decía Juan Pablo Karnatz sobre esta situación:
“Se habla de un porcentaje de 30% de semilla certificada que, de repente, el productor se encuentra que está contaminada con otras variedades que no son certificadas y que tienen algún gen que no debería estar. El problema es que una semilla (prohibida) te hace rechazar todo el camión, porque la tolerancia es cero. Entonces los volúmenes de semilla que debería tener disponible el productor no están”, denunció el dirigente rural.
Según Karnatz, los productores algodoneros del norte están muy fastidiosos por esta situación que arrancó en mayo pasado, cuando el INASE anunció severos controles sobre la semilla de algodón que se usaría esta campaña. “Los controles seguirán en las plantas deslintadoras como hasta el momento”, dijo Raimundo Lavignolle, presidente del INASE, en agosto pasado, cuando comenzaron a escucharse las primeras señales de preocupación de los productores. “Seguiremos trabajando para normalizar y transparentar la cadena de semilla de algodonero”, dijo el titular del INASE.
La ofensiva oficial sobre el mercado se lanzó luego de que en octubre de 2018 se hallara mucha presencia en los campos de un algodón transgénico desarrollado por Monsanto que nunca había sido liberado para la siembra en el país. Se trata del MON-15985-7, que ofrece resistencia a glifosato y a lepidópteros. El evento había pasado por los sistemas de aprobación oficial, pero Monsanto desistió finalmente de pedir su aprobación comercial. Luego, esa compañía vendió su semillera de algodón Genética Mandiyú (la única del país) a Gensus, una empresa local que con lógica comenzó a exigir al INASE un sistema de fiscalización de la semilla certificada.
“Los productores están enojados y han hecho presentaciones para que se flexibilice el sistema tanto en el Chaco como en Santiago del Estero. También ante el Ministerio de Agricultura”, indicó Karnatz.
-Y cómo se llegó a estos niveles de contaminación?- le preguntamos al dirigente.
-Dentro de todas las probabilidades que se barajan es que esa semilla fue testeada, probada, en diferentes lugares para que en algún momento fuera aprobada, cosa que es normal. De ahí se tiene que haber escapado. Puede ser que la hayan traído desde algún país vecino, pero por los volúmenes de los que se habla es un porcentaje muy importante de la producción y esa situación no te ayuda a creer que ingresó en una bolsita.
Karnatz dejó en claro que hay que resolver una coyuntura flexibilizando los controles del INASE y ensalzó: “Esto no significa que no estemos a favor de que las tecnologías pague sean pagadas”.
En ese sentido, el productor cree que muy difícilmente los productores de algodón puedan recurrir a Gensus para adquirir nuevas semillas certificadas, que no estarían contaminadas con este evento prohibido.
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“Hoy es un problema porque no tenés financiamiento y el dólar está cerca de 60 pesos. Entonces es complejo. El algodón no es todo para el mercado externo, sino que se venden también en el mercado interno y tenés muchos pequeños productores que que que no tienen acceso al crédito directamente”, explicó el dirigente de CRA.