Noorden, una empresa argentina fundada en 2017, está poniendo en marcha en Tandil el tambo robotizado Establecimiento La Colorada, que tiene la particularidad de contar además con un sistema generador de energía eléctrica que puede mantener esos robot en funcionamiento sin depender del suministro de la red. La inversión rondó 1,3 millones de dólares.
“El proyecto tiene un triple propósito: la producción y comercialización de leche; funcionar como tambo demostrativo, para que los productores interesados puedan visitar y conocer la tecnología que se utiliza; y para visibilizar a la sociedad que la producción de leche puede ser sustentable en el plano económico, social y ambiental”, dice una información de prensa que cuenta la buena noticia de este nuevo tambo. Por cierto, en la Argentina suele suceder que muchos establecimientos de este tipo desaparecen, y son muy escasos los que abren. Los que lo hacen suelen ser como éste: cuentan con la mejor tecnología, pues en el país ya existen cerca de cien tambos con robots de ordeñe.
En este caso, la novedad del “Establecimiento La Colorada” es que fue pensado como un tambo energéticamente neutro, siendo el primero de Argentina en producir 100% su propia energía desconectado de la red eléctrica. Lo hace a través de un sistema off grid de generación fotovoltaica que se compone por paneles y baterías solares.
Dice la gacetilla que la idea en el futuro es incursionar también en energía eólica de media potencia para complementar la generación solar. Por otro lado, con el exceso de energía generada en verano se alimentará una bomba de riego para las pasturas, de forma tal que se generará estabilidad en la alimentación durante todo el año.
“Creemos que este proyecto puede ser el punto de partida para que otros productores se animen a invertir y apostar por el sistema y la forma de producción. Compartir que es posible y que la robotización y la sustentabilidad energética son el camino. Esperamos que “La Colorada” sea el primero de muchos tambos robotizados y sustentables.” dijo Federico Alonso, socio fundador de Noorden.
Esa firma es la que representa a Lely, una de las dos fabricantes internacionales de robots que existen en el mundo. Su representante local está integrada por tres socios que decidieron volver a trabajar juntos en este tambo modelo. Además de Alonso son Álvaro Vázquez Rovere y Agustín Orella. Ellos se conocieron durante el montaje de los primeros tambos robotizados con la tecnología e innovación de la compañía holandesa en Argentina.
“El hecho de ser un tambo sustentable, abierto y ‘disfrutable’ tiene que ver con la posibilidad de que no sólo productores, sino cualquier persona interesada lo pueda visitar. Nuestro objetivo es que las puertas del campo estén siempre abiertas para todos aquellos que se acerquen a nuestras instalaciones”, señaló Vázquez Rovere.
El establecimiento, ubicado a solo 15 minutos del centro de Tandil, cuenta con 4 robots de ordeñe Lely Astronaut A5 con capacidad de ordeñar un total de 280 vacas. La producción de leche estimada será de 30 litros por vaca promedio anual una vez en régimen, en un sistema donde la alimentación será con un 50% de pasto fresco.
“Consideramos que nuestra producción será valorada por su calidad no solo por el bienestar animal y su alimentación pastoril; sino también, porque se realiza a través de la innovación e inversión en una estructura completamente sustentable que ayuda y contribuye en el cuidado de nuestro ambiente” explicó Orella.
El sistema automatizado Lely está basado en el tráfico libre de la vaca, pueden comer, beber, descansar y ser ordeñadas cuando ellas quieran. Sin restricciones ni limitaciones. Durante el ordeñe, se premia a las vacas con alimento concentrado lo que genera una gran cantidad de visitas al robot. El reconocimiento por el sensor del collar le proporciona al robot la información necesaria para la gestión del ordeño en base al historial de cada vaca.
Robots, maquinaria y herbicidas…
Ventaja para pocos empresarios? Desventaja para la sociedad?
Los gobernantes hacen gala del aumento de la mano de obra y el arraigo rural de la juventud como progreso, mientras robotizan y homogeneizan el campo. Gracias por nada empresarios agroindustriales. Son la podredumbre cultural.
Viva el folclore, la mano de obra y las relaciones humanas.
Mas divisas,menos cultura. Sus hijos se lo reprocharan, y el silencio les comerá los pensamientos.
Hola Juan, con todo respeto le aviso que estamos en el siglo 21 ya, el querosene ya fue, otros países de primer mundo hace años lo aplican a este sistema, lo que deberíamos hacer empezar a elegir gobernantes que dejen de robar. No podemos detener la tecnología.