en 2022 Córdoba volverá a apostar al programa de Buenas Prácticas Agropecuarias (BPA), que comprende un paquete de incentivos económicos y capacitaciones para los productores que “hagan bien las cosas” en el campo, y que ya va por su sexta edición. Desde la cartera agraria provincial atribuyen el éxito del programa a que es una política de Estado respaldada por una ley. Ahora sueñan con extender ese modelo al resto del país. ¿Se podrá?
“Es un reconocimiento, un estímulo. La gente y el productor lo han tomado de esa manera. Es subirse a un cambio cultural en la forma de producir. Catorce mil personas han tomado capacitaciones que han hecho el INTA y otras instituciones. Un productor capacitado es un productor mucho mas formado, que tiene como defenderse y que esta actualizado”, dijo a Bichos de Campo Sergio Busso, ministro de Agricultura y Ganadería de Córdoba.
La entrevista a Busso, que mantiene diferencias políticas muy intensas y visibles con la política agropecuaria nacional y es especialmente crítico con las retenciones a la exportación, se realizó en el marco de la Fiesta Nacional del Trigo en Leones. Allí mismo, minutos antes, el ministro de Agricultura de la Nación, Julián Domínguez, expresó que su intención era replicar la experiencia de BPA cordobesa a escala nacional.
“El programa tiene un eje en la persona, que tiene que ver con el asociativismo y la responsabilidad social agropecuaria. Hay otro eje, que sacamos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidad, que es la rotación de cultivos, fertilizar, apoyar la eficiencia productiva. Y el tercer elemento es la prosperidad, donde juega mucho la innovación tecnológica. El objetivo es hacer una producción cada vez más sostenible”, agregó el funcionario.
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-¿Se nota en los resultados la evolución de los productores?- le preguntamos a Busso.
-Se van notando porque son indicadores. Las prácticas que cada uno presenta hay que validarlas. Este es un programa muy inclusivo, hay productores pequeños productores, medianos y grandes. En el consejo consultivo participan más de 50 instituciones. El movimiento campesino, por ejemplo, tiene casi un 10% de productos que validan BPA. Creo que nos ha dado un buen resultado.
-¿Por qué creen que perdura en el tiempo?
-Porque es una política pública de estado. Nos hemos animado a discutirlo en la legislatura con una ley y eso nos da un respaldo para que, esté quién esté, esto pueda seguir. Eso es lo importante. Hay una certeza porque hay una ley y una asignación presupuestaria todos los años. Este año tenemos 300 millones de pesos que estaremos distribuyendo. Eso creo que es importante como mecanismo de comunicación también. El productor no viene solamente a buscar el cheque, viene porque se siente parte del proceso, siente que fue elegido porque tranqueras adentro se ha superado y ha hecho bien las cosas.
-¿Hay posibilidad de que esto se nacionalice?
-Domínguez valoró este programa, lo rescató. A nosotros nos pondría orgullosos si hubiera una política nacional en este sentido, porque también es un cambio cultural en la forma de producir. Siempre al productor se le ha sacado y se le sigue sacando. Esto es un gesto. Es un promedio más o menos de 100 mil pesos por productor. Si vos ves el discurso de Domínguez seria cierto, pero si vos ves algunas políticas a nivel nacional pareciera que eso es imposible. En definitiva eso es muy contradictorio. Nosotros vamos a presentar un proyecto.