La cadena de ganados y carnes presentó este jueves ante el equipo operativo del Plan Argentina Contra el Hambre (PACH), conducido por Victoria Tolosa Paz, un proyecto que permitiría “potenciar” el alcance de las tarjetas alimentarias que se distribuirán entre la población de más bajos recursos. ¿Cómo? La idea es que todos los eslabones de la cadena cárnica hagan un aporte solidario en función de su participación en el mercado, de modo de poder rebajar 100 pesos el valor del kilo de carne para un volumen de por los menos 1,2 millones de kilos mensuales del alimento (se aspira a que sea bastante más), que será comercializado en una red de 200 carnicerías.
La idea, que fue desarrollada tras largas horas de trabajo por directivos de CADIF (Cámara Argentina de la Industria Frigorífica) y otras cámaras del sector, fue rápidamente adoptada por un conjunto de productores, consignatarios, feedloteros y faenadores que se reunieron por segunda vez con la coordinación del PACH. Se trata de una iniciativa bastante sencilla de entender: esa carne más barata solo podrá ser vendida a los poseedores de la tarjeta social, que con el mismo dinero que tienen asignado podrán adquirir así mayor cantidad de carne.
El “plan potenciador” del Capítulo Carnes del programa nacional para erradicar el hambre fue discutido el miércoles en una reunión en UNICA, otra cámara del sector frigorífico. Y presentado 24 horas después al equipo de la funcionaria a la que Alberto Fernández le encomendó su principal apuesta social. El gobierno, en rigor, planea destinar unos 60.000 millones de pesos este año para que 2 millones de beneficiarios del sistema administrado por el PACH (mujeres embarazadas y niños de hasta 6 años) compren alimentos a través de 1.455.000 tarjetas Aliment.ar.
“Si bien los titulares de tarjetas Aliment.ar tienen la libertad de adquirir alimentos y bebidas (excepto alcohólicas) de cualquier tipo en todo negocio minorista que cuente con posibilidad de cobro con tarjeta, naturalmente la mayor demanda de carnes derivada del Plan se concentrará en aquellos locales que ofrezcan los mayores descuentos”, se evaluó en el plan privado al que accedió Bichos de Campo. Por esa razón el sector justamente apuntó sus cañones a ofrecer una cantidad necesaria de carne más barata para atender las necesidades de esa población específica.
Lo que decidió la cadena de la carne es impulsar entonces un “aporte solidario voluntario” entre sus integrantes, sean productores, consignatarios, matarifes o frigoríficos, de manera de poder aportar un piso de 1,2 millones de kilos de carne por mes que costarán 100 pesos menos que el resto de la carne comercializada. Obviamente esa carne más barata solo podrá ser vendida a la población que tenga una tarjeta asignada. Ese volumen es el de mínima, porque se espera poder reunir hasta 4 millones de kilos mensuales.
La iniciativa partió de estimar que el 15% del presupuesto de 60 mil millones de pesos anuales se destinará a la compra de carne vacuna. Esta situación generará una demanda adicional del orden de los 9 mil millones de pesos al año, que es lo que valen 54 millones de kilogramos (base res con hueso) anuales al año, o unos 4,5 millones de kilos gancho por mes.
Como la decisión de participar de este “plan potenciador” será voluntaria, la cantidad final de kilogramos de carne que se vuelquen con descuento a este sistema puede ser variable, en función de la cantidad de adhesiones. “Con un grado de adhesión razonable serán no menos de 1.200.000 kilogramos/mes”, dice el documento presentado al equipo de Tolosa Paz, quien no pudo participar de esta segunda reunión.
Para que el aporte solidario sea atractivo y parejo entre todos los eslabones de la cadena, se tomaron como base los datos oficiales de faena por planta de 2019. La faena total a nivel país ascendió a 13.821.000 cabezas, pero el 80% de la misma (más de 11 millones de bovinos) se realizó en las 100 plantas que más animales procesaron sobre un total de 400 mataderos. “De este conjunto de plantas y de sus cadenas de valor es de quienes se buscará la adhesión al Plan Potenciador para que el mismo sea sustentable y práctico”, se explicó.
¿Y cómo se propone el Foro convencer a esas 100 empresas y sus productores, consignatarios, engordadores y demás actores asociados en la cadena para que colaboren? En principio, porque el aporte no será demasiado oneroso para ninguno de ellos, ya que el volumen (aún en el caso de que el sistema llegue a más de 4 millones de kilos mensuales) será muy pequeño respecto del volumen del mercado, que mueve unas 200.000 toneladas de carne cada mes, de apenas el 2%.
“Estos aportes están motivado preponderantemente en una actitud solidaria y en una conducta amigable con las políticas públicas”, se evaluó en el proyecto. Respecto de los carniceros que formen parte de la red y también accedan a resignar parte de su ganancia, consideró que se sumarán no solo por la solidaridad sino también por “el interés por captar un volumen de ventas de ventas diferencial” que antes no existía.
En definitiva, lo que intenta la cadena de la carne con esta iniciativa es que todos los beneficiarios de la tarjeta Aliment.ar obtengan un descuento adicional de 100 pesos por kilo de carne, potenciando los alcances del plan oficial, pues podrán comprar más carne con la misma cantidad de dinero.
A primera vista, se calculó que serán 200 las bocas de expendio minorista adherentes al plan potenciador. Se las deberá seleccionar con un “enfoque federal”, cubriendo no solo el conurbano bonaerense sino el Gran Rosario, el Gran Córdoba y otros periurbanos de localidades provinciales con altos niveles de pobreza.
Para los ganaderos y frigoríficos que acepten ser solidarios con estas 2 millones de personas, uno de los atractivos del plan será que “no se crea ningún fondo monetario ni depósitos materiales de mercadería, lo que asegura la transparencia del sistema y simplifica su operatoria y control”.
Esto es así porque “si bien los valores de aporte solidario se expresan en kilos y en pesos, en ningún momento se maneja dinero ya que los aportes que realiza cada operador adherente se materializan en ‘Notas de Crédito’ es decir en el precio de mercado. Estas rebajas acumuladas, por vasos comunicantes a nivel cadena, culminan con que cada frigorífico o matarife abastecedor traslada a las bocas de expendio minoristas adherentes descuentos y éstos lo hacen a su vez con el público”, explicó la iniciativa.
Se estima preliminarmente que esos descuentos serán de 55 pesos por kilo para la carne en media res a salida de frigorífico (es decir a lo largo de la cadena productiva) y que entre el aporte de los minoristas y el IVA que el propio Estado debería resignar se llegaría a otros 45 pesos, para completar el descuento de 100 pesos por kilo.