Telmo Trossero es uno de los miembros fundadores de Aapresid, la asociación de productores que trabajan bajo siembra directa y que este año cumplió tres décadas de vida. “Fue en 1989 que nos juntamos para fundar Aapresid en Venado Tuerto, Santa Fe. Fue una institución que nació con la idea de generar e intercambiar conocimiento”, recordó. En aquella época ya eran unos cuantos los que intentaban desarrollar el modelo de labranza cero, aunque muchos fracasaban por falta de tecnologías o conocimiento. Estaba todo por crearse.
“En realidad la historia de la siembra directa en la Argentina data en 1974, cuando el INTA Marcos Juárez junto a la Experimental de Pergamino trajeron los primeros equipos para solucionar los graves problemas de erosión hídrica que se estaban generando en la cuenca del río Carcarañá por el laboreo de los suelos”, señaló Trossero a Bichos de Campo.
Luego relató que “mi padre ya se había dado cuenta a principios de los 70 que había que incorporar la materia orgánica al suelo y no quemarla, como se hacía en aquella época con los rastrojos. Fue en el año 73 que vendió los arados y empezó a trabajar con cinceles. Así que para el año 89 teníamos mucho tiempo intentando con la siembra directa, pero faltaban conocimientos y tecnologías. Así que la formación de Aapresid fue muy importante”, destacó.
Aquí la entrevista completa con Telmo Trossero:
Bichos de Campo consultó al pionero por los sabores dulces y amargos que ha tenido a lo largo de estos 30 años. El productor destacó como valioso la gestación de Aapresid como institución, con ideas jovenes y disruptivas.
Pero, según Trossero, “una de las principales equivocaciones fue poner el eje en los insumos, cuando en realidad hay que poner el eje en los principios que rigen los sistemas de producción. Para que los sistemas sean sustentables deben ser complejos y con biodiversidad. Pasa que son sistemas más difíciles de manejar”, explicó.
“Después de la irrupción de la tecnología RR en el 96 la difusión de la siembra directa se dio en base a la simplificación y fue un avance enorme, eso no hay que descartarlo. Pero hay que volver a imitar a la naturaleza, que lleva miles de años en equilibrio con el ambiente. Es más complejo, pero hay que intentarlo”, finalizó el pionero.