Arrancó la cosecha argentina de arroz y se nota el impacto de la seca tanto sobre la calidad como la cantidad de lo que se va trillando.
El productor y secretario de la Asociación de Plantadores de Arroz de Entre Ríos, Jorge Paoloni, explicó que hasta el momento se cosechó en algunas zonas de Corrientes, Santa Fe y Chaco, donde se evidenciaron los problemas, pero espera que la situación mejore cuando comience la recolección en Entre Ríos, donde el uso intensivo de agua de pozo –con un mayor costo, claro– permitió en muchos casos sostener los rendimientos
En Corrientes, en cambio, el otro “polo arrocero” argentino, prevalecen los cultivos que se abastecen con agua de represas alimentadas por los ríos Paraná y Uruguay, que vienen experimentando una bajante histórica.
“En el centro y sur de Entre Ríos –donde hay riego de pozo– también la tuvimos difícil. Se triplicaron las horas de bombeo y el costo energético. En el norte de Entre Ríos y Corrientes, donde se riega con agua de represas, se abandonaron hectáreas y en otros casos el arroz maduró en seco y eso hace bajar el rinde. Está claro que no va a ser un año bueno”, sostuvo Paoloni a Bichos de Campo.
Luego explicó que para colmo de males el productor está cobrando lo mismo que el año pasado. “Se pagan 23.000 pesos la tonelada, lo mismo que hace un año, cuando el precio debería ser de por lo menos 35.000 pesos para que con un rinde de 8000 kilos se puedan salvar los costos”.
“En Entre Ríos teníamos 400 productores y ahora quedan solo 180. Los productores se van porque se funden. Tenemos los pozos, las chacras preparadas, que además no dan para otros cultivos porque son muy arriesgados y tenemos una industria ociosa; tienen que dejar de hacer política para sobrevivir en la política y ver cómo se puede hacer con esto”, añadió.
Escuchá la entrevista completa a Jorge Paoloni.
Paoloni aseguró que el problema presente en el sector debería abordarse en cuestiones tanto impositivas como financieras y cambiarias. En tal sentido, recordó que la mayor parte del arroz se exporta y que se liquida al tipo de cambio oficial menos el derecho de exportación (5,0% del valor FOB), lo que implica que el cereal se valoriza con un tipo de cambio del orden del 100 pesos, cuando el valor real de la moneda estadounidense es de 210 $/u$s (MEP), que es el tomado para cotizar muchos de los insumos empleados en el sector.
Por otro lado, el dirigente arrocero solicitó líneas de financiación con plazos y tasas de interés adecuadas para recomponer el capital de trabajo de los productores. También afirmó que es necesario trabajar en la cuestión impositiva.
“Hay que revisar el costo de la energía. El kilowatt se paga 2 o 3 pesos, pero el cargo fijo por los nueve meses que no se riega es más caro que por los meses que sí se usa el agua; a la boleta de la luz además le meten impuestos municipales, provinciales y mientras tanto no tenemos obras de infraestructura; los caminos rurales en la provincia no ‘existen más’, los ferrocarriles no funcionan y en los puertos siempre hay algún despelote. Sólo estamos pidiendo condiciones para producir, pero así te vas quedando con menos gente que genere trabajo y movilice la economía”, finalizó.