En su habitual columna dominguera en El Cohete a la Luna, el periodista Horacio “El Perro” Verbitsky anticipa gestiones oficiales para lograr nuevos acuerdos de precios para una serie de alimentos básicos, como herramienta para controlar la disparada de la inflación y su impacto sobre los indicadores de pobreza e indigencia.
Sabido es que el ex periodista de Página/12 recibe habitualmente información privilegiada de cierto sector de la coalición de gobierno, especialmente del que responde directamente a la vicepresidenta Cristina Kirchner. Muchas veces sus crónicas exponen datos duros y otras simplemente son expresiones de deseos que luego no se concretan. ¿Qué pasa en este caso? ¿Vuelven los controles de precios? En principio, Bichos de Campo está en condiciones de confirmar que en los próximos días se mantendrán reuniones por este tema con frigoríficos, molinos harineros e industria aceitera.
“Perro que ladra no muerde”, dice el conocido refrán. En principio, lo que se sabe hasta ahora es que existen negociaciones oficiales con dichos sectores para articular una propuesta con cada una de ellos tendiente a estabilizar los precios de algunos productos masivos y hasta abaratarlos en algunos casos. Pero falta un tranco largo todavía para comenzar a hablar de “controles de precios” o “intervenciones” en los mercados como la que protagonizaron Cristina Kirchner y su secretario de Comercio, Guillermo Moreno, en otros tiempos.
El marco es preocupante por una razón: el telón de fondo es una fuerte suba de los precios de los granos básicos producidos por la Argentina y esto mete presión sobre toda la industria alimenticia.
Vertbitsky recuerda, en su crónica, que en un reciente acto político en La Plata, la poderosa Cristina planteó su agenda de política económica para 2021, un año electoral: “Deben aumentar lo máximo posible jubilaciones y salarios, y contenerse precios, tarifas de servicios y pagos al FMI. De otro modo la explosión está a la vuelta de la esquina”, escribió el periodista que tiene trato directo con la vicepresidenta.
Luego instala en un extenso párrafo la agenda inmediata en materia de precios de los alimentos:
¿Se trata de un deseo de Cristina o de una decisión de gobierno? Verbistky en persona aclara que “en este punto no hay discrepancias de fondo entre las manifestaciones públicas de la Vicepresidenta y el plan del gobierno que preside Alberto Fernández”. Bichos de Campo confirmó con fuentes del sector empresario que en efecto habrá reuniones en los próximos días, en las que el gobierno buscará concretar nuevos acuerdos con el sector privado. Veremos qué sucede.
Vamos por partes, diría Jack el destripador:
Una de las reuniones debería realizarse antes del 4 de enero (es decir, esta misma semana o a más tardar el lunes que viene) y sería con los frigoríficos exportadores nucleados en el Consorcio ABC, que ya vienen de un operativo para suministrar tres cortes baratos (asado, vacío y matambre) para las fiestas de fin de año. “Lo más seguro es que ahí los funcionarios solicitarán la extensión del programa y cuáles son los cortes que quieren”, dijo una fuente del sector.
El periodista oficialista, en este sentido, habla de una negociación para “la provisión de una docena de cortes a precios accesibles durante todo el año”. Una dificultad para este tipo de planes es que el Consorcio ABC solo nuclea a un sector de plantas que representan el 30/40% de la faena total. Los exportadores llegan cerrando el año con exportaciones récord por más de 900 mil toneladas de carne. Pero tienen sus propios reclamos pendientes, como una rebaja de retenciones -del 9 al 5%- para los cortes enfriados y con valor agregado.
En otro rubro, Verbitsky habla de una negociación con “aceiteros y productores de maíz y trigo, de modo de asegurar el abastecimiento del mercado interno a precios congruentes con los ingresos locales, antes de liberar la exportación”.
El “Perro” ladra. Da por hecho que ya está cerrada con la Cámara de la Industria Aceitera (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) la formación de un fideicomiso que cumpliría esa función, e insinúa que “solo falta el visto bueno de Roberto Urquía, de la Aceitera General Deheza y cuñado del presidente de la Unión Industrial, Miguel Acevedo”.
La verdad es que la negociación todavía está abierta y que las agroexportadoras no aceptaron refundar un fideicomiso aceitero como el que estuvo vigente largo tiempo, a instancias de Moreno. La diferencia es que en ese momento, el ex secretario de Comercio tenía control sobre los ROE (Permisos de Exportación) y aplicaba una suerte de extorsión sobre el sector (Si no vendían aceite barato no exportaban granos y sus derivados). Esos ROE han sido derogados por el gobierno de Mauricio Macri.
Fuentes de la industria aceitera confirmaron a este medio que habrá reuniones esta misma semana, como afirma Verbitsky. Reconocieron sí que una pretensión de los fabricantes de aceites comestibles es que se les permita salir del programa de precios máximos vigente desde marzo pasado, ya que la soja, el maíz y el girasol subieron mucho de precio y ellos no pudieron trasladar esos aumentos al consumidor local. “Estamos 80% abajo en costos. Hemos absorbido millones de dólares de pérdidas en 2020”. resumió un empresario.
Otro rubro en la mira de las autoridades es la industria molinera, desde donde también se confirmaron negociaciones. En este caso el escenario se repite: el trigo subió casi 30% y los paquetes de harina tienen los precios congelados desde antes del inicio de la pandemia.