Mientras en Argentina se debate si inyectar agua a la carne al pollo faenado es con el objetivo de aumentar el peso o hacer más tierna la carne del ave, en Estados Unidos se aprobó recientemente el consumo de este alimento, pero no de aves sino cultivado en laboratorio.
La carne, o eso que se le parece, ya es producida y comercializada por las empresas Upside Foods y Good Meat. Y cuenta con el visto bueno de la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos), que convirtió a su país en el segundo en legalizar el consumo de carne aviar cultivada después de Singapur.
Según los especialistas, la carne de pollo cultivada es “lo mismo que la carne tradicional”, solo que el animal queda excluido del proceso y por lo tanto se evitan los sacrificios que tanto afectan a los defensores de los animales. En este sentido, explican que el procedimiento consiste en tomar las células del ave y utilizarlas como la fuente de energía para hacer crecer la carne.
Aunque el consumo de la carne aviar que se registra en Estados Unidos y Singapur es todavía ínfimo, la Comisión Europea impulsa proyectos similares en España y tiene como objetivo que al menos el 30% del consumo de carne en 2040 se origine en laboratorios.
Las células de pollo se obtienen de una biopsia -ya sea del animal vivo o recién sacrificado- o son extraídas de un óvulo fecundado. Para multiplicar las células se colocan en medios de cultivo especiales. Se trata de grandes tanques de acero, llamados biorreactores con un suero cargado de nutrientes, donde las células se someten a un proceso de crecimiento, bajo una temperatura específica.
En los biorreactores, las células madres se combinan con este suero, que funciona como medio de cultivo y está compuesto por aminoácidos, ácidos grasos, azúcares, sales, vitaminas y otros elementos que las células necesitan para crecer. Al finalizar el proceso de cultivo, el resultado es un producto cárnico.
Sin embargo, en las dos empresas la carne cultivada se obtiene con una presentación distinta. en el caso de Upsaide Foods, el proceso genera grandes laminas. Después de reposar entre dos o tres semanas en los cultivadores. luego estas laminas se convierten en filetes, salchichas y otros derivados.
Mientras que en Good Meat, la empresa que inició el camino vendiendo esta carne en Singapur desde el 2020, se extraen de los biorreactores grandes masas de células de pollo para obtener chuletas o supremas, nuggets y carne desmenuzada.
Según datos publicados por el sitio Forbes de Argentina, alrededor del 50% de la población estadounidense desaprueba el consumo de la “carne de laboratorio”. Sin embargo, los científicos creadores aseguran que la práctica tiene grandes beneficios, y citan entre ellos reducir el impacto ambiental del pastoreo, los residuos animales. Como sea, se aspita a ir suplantando la necesidad de criar y sacrificar un gran número de animales.
Con la incorporación de la carne de pollo como rubro de laboratorio, ya son más de 150 empresas en el mundo que se están inclinando a producir carne producto de células, no sólo de aves sino también de cerdo, cordero, pescado y bovino. Esta última, a decir de los profesionales, es la de mayor impacto ambiental.