Para Maximiliano Cunale, gerente general de la Cooperativa yerbatera Flor de Jardín, el asociativismo es el camino. Es que en aquella región de Misiones donde está establecida la cooperativa que él dirige, en Jardín América, para los socios y trabajadores que dependen del trabajo de la yerba mate, su producción y recolección, hace tiempo las condiciones de trabajo eran malas, muy malas. Hoy, gracias a esta configuración laboral, quienes llegan a hacer la cosecha lo hacen “en su propia camioneta doble cabina”, cuando antes lo hacían en bicicleta, de acuerdo a lo que cuenta a Bichos de Campo Cunale.
La cooperativa cuenta con distribución propia y con distribuidores en todo el país. Además, tienen un salón de exposición y ventas sobre la Ruta Nacional 12, que une Posadas con Puerto Iguazú. Allí muestran el proceso de la yerba mate y los productos regionales que elaboran, como pickles, pepinos y diversos dulces entre otras cosas.
La ubicación geográfica de Flor de Jardín no es secreta ni pasa desapercibida, ya que de lejos puede verse un termo de dimensiones enormes, con el logo y nombre de la cooperativa, que haría un hermoso equipo junto al mate de Santa Rosa, en La Pampa.
Sobre la vera de la ruta, ofrecen degustaciones y hoy venden online con envío a todo el país. Según cuenta Cunale, la cooperativa diversificó su producción, pero su principal sector es el yerbatero, dado que abastecen a grandes empresas como Playadito y Piporé.
Desde Flor de Jardín promueven el asociativismo entre los productores, la cooperativa es mediana en la producción de yerba mate canchada. Además de vender a otros, su marca propia representa menos del 5% de su producción total.
Ese fervor por el trabajo asociado, lleva a Maxi Cunale a contarnos: “Hay mucho personal que no son empleados fijos, sino que normalmente lo son en época de cosecha de yerba mate. Y en contra estación tienen la opción de producir pepino y choclito”.
Flor de Jardín tiene 176 socios activos que entregan el producto que se hace principalmente en tierras de la cooperativa. ¿Cómo es el sistema? La cooperativa le provee todos los insumos, el servicio técnico, el agua para riego, el control de todo lo que se hace y después ellos pagan los insumos que utilizan con producto.
Cunale explica que como cooperativa, tratan de fijar el precio desde abajo para arriba. “Yo creo que eso hay que lograr, que el que produce trabaje para tener un beneficio, una ganancia y de ahí se vaya para arriba, porque si no es imposible”, relata el cooperativista haciendo mención al proceso inflacionario del país.
“Si el precio se fija de arriba para abajo, siempre el que paga el pato es el de abajo, el chico. Entonces la única manera es fijar un precio es de abajo para arriba. Eso siempre es justo, teniendo en cuenta la intermediación, las cadenas comerciales”, enfatiza Maxi.
La cooperativa hace el servicio de cosecha por cuenta y orden del socio, que se realiza con una nómina de más de 500 empleados, destinados solamente a la cosecha de yerba mate. “En total llegamos a ser 580, entre secadero, fábrica y la plena zafra”. A muchos de esos trabajadores, el asociativismo y Flor de Jardín les cambió la vida.
“Cuando empezó la fábrica de productos regionales, hacíamos 6 mil kilos de pepinos. Hoy hacemos 100 mil. Los que en ese momento trabajaban venían en bicicleta, hoy los ves con camionetas doble cabina”, resume Cunale.
La fábrica es hija de la crisis de 2001. Y para eso, Cunale explica: “Creemos que el asociativismo es fundamental. Para el pequeño productor es una tranquilidad estar asociado y ser parte de una cooperativa, y una tranquilidad que su cooperativa siempre está o siempre trata de estar. Cuando sobra producto, el pequeño productor es el más golpeado y el más complicado, entonces en su cooperativa tiene la tranquilidad de poder tener su producto terminado”.