José Novello es uno de los 17 mil pequeños y medianos productores de uva que tiene Mendoza. En su caso, dispone de 20 hectáreas implantadas con las uvas más valoradas por el mercado: malbec, tannat, ancellotta como variedades tintas, y chardonnay para el vino blanco. Se reconvirtió hace varios años, cuando el mercado lo demandaba y las grandes bodegas comenzaban a especializarse en los varietales. Sin embargo, como todos los viñateros de su tipo, vive con lo justo para poder mantener su finca.
Para los viñateros como José, el precio que cobran por la uva no despega en los últimos tres años. Usualmente no llega a cubrir sus costos de producción. Pero además los productores terminan financiando a las bodegas, pues éstas les pagan por la uva en varias cuotas y sin intereses. El cobro de una cosecha puede llegar a demorarse hasta un año.
José, además de productor, es enólogo: sabe hacer vino. Para escapar un poco a la lógica que venía imponiendo el mercado, Novello se puso a hacer sus propios vinos aquilando una pequeña bodega. Tras algún tiempo de experiencia, cuenta que no ha logrado obtener un mucho mejor precio por su producción primaria, pero sí logró liquidez. “Entrando en la cadena de comercialización obtengo el dinero más rápido nomás”, explicó a Bichos de Campo.
Aquí la entrevista completa con el viñatero y enólogo:
Novello, que produce un vino llamado “Cosa de Locos”, entre otras marcas que llegan a los supermercados del conurbano, adviertió que el tema de la comercialización es complicado cuando uno no tiene una gran escala y espalda financiera. “Hay una gran competencia en el mercado y hay que hacerse un nombre, es un trabajo de hormiga”, indicó.
Hablando de la crisis vitivinícola que ahoga a los pequeños productores, Novello desconfía de los argumentos de las grandes bodegas: “Dicen que ha bajado el consumo, pero vemos que el vino se vende, y más las variedades tintas. Ahora parece que vale más la uva criolla, cuando antes decían que no servía”, exclamó. “No sé, a lo mejor es una maniobra para no levantar los precios”, sugirió el productor y enólogo.
Para Novello es el Estado quien debe intervenir en esta cadena para que el productor primario deje de ser el eslabón más desprotegido de la cadena. “Ya hay muchos viñedos abandonados en Mendoza”, advirtió.
“Yo creo que el Gobierno debe exigirle a las grandes bodegas a comprar el vino a más corto plazo. No puede ser que recién empiecen a cobrar a los tres meses. Ahora -otoño- hay que seguir con las labores de poda y atado, pero el productor está desfinanciado, porque no cobró la uva que cosechó”, explicó.
Además José aclaró que el precio pagado por la uva debería ser mejor, porque los insumos están dolarizados y logicamente no han parado de aumentar en estos años. “Si no sucede que muchos productores desatienden sus viñedos, no hacen las curas -con insecticidas- y así se multiplican las plagas como la Lobesia -polilla de la vid-, de la que hemos visto ataques en varios lados”.
“Tengamos en cuenta que el 60% de lo obtenido (por la venta de la uva) se gasta solo en cosecha y acarreo, y con el restante 40% el productor tiene que pagar impuestos, mantener el viñedo y vivir”, desglosó el productor.
Cosa de locos.