Mientras que los gobernadores de las provincias de la región pampeana sufren la extracción sistemática de recursos a través de derechos de exportación y distorsiones provocadas por intervenciones de mercado, sus pares patagónicos embolsan cada vez más recursos en concepto de regalías hidrocarburíferas.
Las regalías, que se componen de una proporción de los valores del petróleo y el gas, así como también de las ventas de combustibles y Gas Licuado de Petróleo (GLP), vienen creciendo en los últimos tiempos de la mano tanto del aumento de la producción en los yacimientos no convencionales como del incremento del valor del petróleo.
Al respecto, el ministro de Economía e Infraestructura de Neuquén (provincia que concentra la mayor parte de los nuevos yacimientos no convencionales), Guillermo Pons, señaló a la agencia oficial Télam que en el término de cuatro años se duplicó la participación porcentual de las regalías en los recursos totales de la provincia.
“Antes de 2018 las regalías representaban aproximadamente el 20% de los ingresos; a partir del desarrollo de los yacimientos de Vaca Muerta, Neuquén tiene a grandes rasgos sus recursos divididos en tres tercios entre la Coparticipación (Federal), las regalías y los impuestos provinciales. Y ahora, las regalías pasan a representar más o menos un 40%”, explicó para envidia de los gobernadores de la zona pampeana, quienes ven pasar los camiones cargados con granos mientras se les pianta un lagrimón.
Por supuesto, no es todo color de rosa, porque las regalías se calculan en función del valor interno del petróleo y el gas, fijado artificialmente por el gobierno nacional, y por el tipo de cambio oficial, que también está intervenido.
Con precios internacionales “llenos” y un tipo de cambio libre, los ingresos por regalías hidrocarburíferas serían sustancialmente mayores, pero la otra cara de la moneda es que al menos reciben algo, mientras que sus pares pampeanos no ven un solo peso por las extracciones de recursos realizadas por la administración nacional.
La ironía es que las provincias petroleras y mineras incluso recibieron hasta el año 2018 “regalías sojeras” por medio de los aportes provenientes del “Fondo Federal Solidario” (término por demás cínico), mientras que las regalías petroleras ni mineras jamás se redistribuyeron.