Con más de veinte años de experiencia en el sector porcino, el ingeniero zootecnista y ex presidente de la Asociación de Productores Porcino, Juan Uccelli, se animó desde su consultora a analizar a fondo el comportamiento del mercado de cerdos en Argentina.
Uccelli cree que uno de los principales problemas del sector es que el valor del cerdo en el mercado argentino pasa de forma cíclica por un período de cuatro meses de malos precios y otros cuatro donde puede llegar a las “nubes”. Ese desbalance, afirma, produce desajustes que afectan el desarrollo de esta producción. Fue así que Uccelli propuso un proyecto para intentar estabilizar la dinámica de los precios.
“Esto de los cuatro meses es histórico hace rato y no hay una respuesta lógica. Abril, mayo, junio y julio son meses muy complicados y de septiembre en adelante el precio sube. La buena intención que trato de poner en esto es estabilizar el precio a través de comunes acuerdos entre los distintos eslabones, para que el precio no baje tanto cuando baja, ni que suba tanto cuando sube”, dijo Uccelli a Bichos de Campo.
¿Por qué se habla de que no hay una razón lógica? Porque para el consultor se trata de una cuestión casi ligada al costumbrismo. Allá por la década de 1990, cuando el consumo anual de carne de cerdo por persona rondaba aproximadamente los seis kilos, la ingesta de chacinados representaba casi el total de ese número. Durante las épocas frías la demanda de chacinados bajaba y se traducía en una baja del precio del cerdo.
Actualmente, si bien los chacinados participan cada vez menos en el armado del precio del cerdo, aún perdura esa lógica y cada año, durante esos cuatro meses, los precios descienden.
El especialista explicó además que muchos productores venden animales demasiados livianos cuando suben los precios para aprovechar el momento. “La lógica diría que hay que hacer al revés: cuando los precios caen, uno debería vender animales con menor peso y no gastar tanto en alimento. Y cuando valen tendría que ponerle más peso, pero nosotros hacemos lo inverso”, señaló Uccelli.
El consultor aseguró que buena parte de los sucede no obedece “una real situación del mercado, sino que tiene que ver con la forma en la que los operadores lo mueven”. ¿Cómo puede corregirse esto? Allí entra el trabajo de este especialista que propuso, en primer lugar, lograr una mayor comunicación y articulación entre todos los actores de la cadena: productores, plantas de faena, matarifes, exportadores, carnicerías, supermercados y distribuidores.
ISP N35A3 Proyecto de estabilidad
La ventaja que tiene el sector, según Uccelli, es que puede determinarse, con una precisión del 95%, el nivel de producción que se podrá obtener en seis meses. Eso se determina en función del ciclo de los animales, donde un lechón puede ser faenado como capón luego de 5,5 a 6,0 meses. A partir de allí puede saberse la cantidad de kilos de carne que estarán a disposición y calcular cuánto de eso será consumido a nivel local y cuánto puede ir a la exportación.
Otra de las propuestas del proyecto consiste en analizar a fondo la exportación de carne porcina y reordenar los cortes que se mandan para mejorar su valor. Actualmente Argentina exporta entre el 5% y el 6% de lo que produce, y el 80% se destina a China. El resto se divide entre Rusia y países africanos.
Lo que se exporta son medias reses trozadas en tres partes, sin cabeza, patas y manos. Para Uccelli, este es un aspecto muy relevante, porque en China esos tres componentes del animal, que no se envían al mercado asiático, son muy cotizados allá, mientras que dejarlos para el mercado interno representa una pérdida de dinero.
“Si exportáramos eso le daríamos un mejor valor a la media res y seguramente bajaríamos el costo del jamón, de la paleta, del carré y de la bondiola, para ser más competitivos, como Brasil, porque las patas, manos y cabezas de cerdos son muy consumidos y tienen un precio muy alto”, aseguró el consultor. Pero eso no es todo, tener un mercado como el chino que concentra tanta demanda, puede ser un riesgo y por eso el proyecto también alienta la búsqueda de nuevos destinos comerciales.